Si la situación actual por el estado de alarma, con las restricciones ocasionadas por la crisis por la COVID19, puede presentarse complicada o poco habitual para cualquier ciudadano de a pie, resulta toda una odisea para las personas más desfavorecidas, de pocos recursos e incluso que no tengan un techo donde dormir o refugiarse.
Es aquí donde la labor que ejerece de manera habitual Cruz Roja Cuenca resulta indispensable para otorgar un mínimo de calidad de vida a esas personas, más aún con el actual escenario de confinamiento.
Entre la multitud de voluntarios que cuenta en sus programas, hemos hablado con Guillermo García, joven de Cuenca, educador social, aficionado al deporte, capitán del equipo del Club Rugby A Palos, y entregado con la causa social al participar de manera habitual en programas de voluntariado. "Desde que empezó el estado de alarma, Cruz Roja me preguntó por la disponibilidad para el voluntariado, porque hay diferentes tipos, gente que puede salir de casa o que puede ayudar sin salir de su domicilio, la oferta es muy amplia, pero en mi caso he ido pasando por varias áreas de actuación, desde el programa de refugiados al albergue, donde estoy actualmente".
'Bascu', como le conocen sus más allegados, no oculta la dura realidad a la que tiene que hacer frente las personas que ayuda, incrementada por este estado de alarma: "La verdad es que ves situaciones que te encongen el alma. Cuando estaba con el programa de refugiados pues me encargaba de suministrarle todo aquello que fuera necesario a las familias, desde EPI para que pudieran salir de casa, o llevarles la compra a gente mayor que no puede valerse por sí misma. Me daban la lista, el dinero y un presupuesto al que ajustarse. También he realizado viajes al hospital por medicamentos o deberes a los niños de las familias del programa de acogida, todo esto con sumo cuidado, porque es tan importante tu seguridad como la de ellos".
"Es obvio que son necesarias unas condiciones y recursos mínimos, pero lo que más necesitan es hablar y que alguien les escuche"
Tras varias jornadas tanto en labores de ayuda a familias e incluso de atención en la oficina de información por el coronavirus en Cruz Roja, Guillermo cumple con su labor de voluntario actualmente en el albergue instalado en el Centro de Día de Mayores Dos Ríos en el barrio de Villa Román, creado para dar cabida a más personas que lo necesitaran en la capital conquense durante este estado de alarma.
"La gente que está aquí son personas sin hogar de Cuenca o casos que les ha pillado aquí el estado de alarma y no tenían donde quedarse. Cada situación es un mundo como te puedes imaginar. Mi labor simplemente es estar con ellos, tomarles la temperatura, darles comida, etc. Es obvio que son necesarias unas condiciones y recursos mínimos, pero también lo que más necesitan es hablar y que alguien les escuche", defiende 'Bascu' señalando la importancia de ayudar a estas personas para "evitar que tengan la tentación de salir, porque hablamos de un centro que está abierto". Además de estos servicios, gracias al traslado de este albergue desde el Centro Joven, en este antiguo centro de día reconvertido ahora en albergue cuentan con gimnasio, mesa de ping-pong, puzzles, ajedrez... "matamos el tiempo como podemos y, sobre todo, hablamos mucho, el apoyo psicológico es lo más importante. Al final se consigue que haya un buen trato, ellos están agradecidos, pero obviamente todos tienen ganas de salir y que termine esta difícil situación".
Como este caso, son muchos los que, de forma totalmente desinteresada, dan un paso al frente para hacer la vida más fácil a otras personas ante esta terrible situación. Es por ello que es necesario resaltar la labor las personas que hacen lo posible para revertir el duro impacto que está teniendo en nuestra realidad la pandemia del COVID19. Al igual que nuestro protagonista, actualmente hay 23 personas voluntarias haciendo prestación de alimentos y medicamentos a diario por toda la provincia, siendo casi 200 las que se encuentran en labores con Cruz Roja en todo el territorio conquense.