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Viviendas que cuesta vender

Se ofrecen al menos tres inmuebles con precios que van de los 60.000 euros a los 130.000, entre 10.000 y 20.000 euros más económicos de lo habitual
Viviendas que cuesta vender
Foto: Saúl García
19/12/2019 - Gorka Díez

Superados los años más duros de la crisis económica, en los que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria propició que la demanda de vivienda, tanto nueva como de segunda mano, cayera en picado, el sector, aunque sin tirar cohetes, se ha ido recuperando de 2014 a esta parte, registrándose pequeños pero constantes incrementos de la demanda: por ejemplo, en los ocho primeros meses de este año se registraron 1.033 compraventas, un 6,49 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior, según los datos de la Asociación de Empresas de la Construcción y Afines de la provincia de Cuenca.

Al no construirse apenas vivienda nueva salvo en la zona del barrio del Cerro de la Horca, las de segunda mano son las más demandadas tanto por quienes quieren acceder a su primera vivienda para independizarse como por quienes quieren invertir en una segunda vivienda. Pero hay una zona de la ciudad poco apetecible por su elevado ruido: Doctor Galíndez.

Se trata de una calle construida en torno al año 1915 muchos de cuyos inmuebles ya tienen, por tanto, más de un siglo de vida, aunque también los hay de construcción más reciente y reformados. Una calle que desde finales de los sesenta, principios de los setenta, del pasado siglo, es la zona de ocio nocturno por excelencia de Cuenca, con numerosos bares de copas, uno detrás de otro, una realidad que anima la marcha conquense pero que repercute en la tranquilidad de los vecinos y en el precio de las viviendas, que suelen ofrecerse por entre 10.000 y 20.000 euros por debajo de su valor real.

Así, en Inmobiliaria Cuenca tienen a la venta una finca, con un bajo y dos pisos de unos 90 metros cuadrados, por 60.000 euros, aunque advierten de que se trata de un inmueble que requiere de reforma. Llevan unos siete meses sin que nadie se anime a comprarlo, entienden que tanto por la necesidad de rehabilitarlo como por el ruido del entorno.

Apenas un mes lleva en cambio, en Tecnocasa, otra finca en esta misma calle. En este caso son dos viviendas de unos 97 metros cuadrados y una buhardilla, además de un local, una terraza y un garaje, todo lo cual, en este caso en buen estado, se ofrece por 161.000 euros, un precio que dadas sus dimensiones, no parece desorbitado.

Y en Eurolar cuentan con un inmueble a la venta por 100.000 euros, en este caso una vivienda de pocos años, moderna, con ascensor y 110 metros cuadrados.

Se trata de pisos que, según reconocen en estas inmobiliarias, cuesta mucho alquilar o vender aunque de vez en cuando aparezca quien está interesado en ellos por su precio y su céntrica ubicacion.

“La gente sabe de antemano que es una zona de ocio y que va a haber ruido. Aunque tampoco es tanto como el que pueda parecer, ya que la insonorización, que era muy buena hace 20 años, ha mejorado mucho”, señala Pedro Romero Sequí, de la inmobiliaria Eurolar y con negocios hosteleros en la zona hace unos veinte años.

“El ruido que se genera dentro de los bares no se oye en las viviendas. Y si se oyera siempre se puede poner remedio. El problema está en el entrar y salir de gente, los que salen a fumar o se quedan un rato a beber en la calle”, añade.

Hay además quienes saben convivir con las molestias del ruido. Romero Sequí cita el caso del dueño de un local alquilado como pub que durante años vivía sobre él. O el de una joven que, tras años viviendo en alquiler, se decidió a comprarse un primer piso por unos 70.000 euros porque sabía, por experiencia, que el ruido no era para tanto.

“El ruido que se genera dentro de los bares no se oye en las viviendas. Y si se oyera siempre se puede poner remedio"

Otras zonas con molestIas

Doctor Galíndez es ahora mismo prácticamente la única zona de la ciudad con una gran aglomeración de bares nocturnos ya que, aunque en los últimos años las calles Poeta Diego Jesús Jiménez y Ramón y Cajal se han convertido en referentes de la marcha conquense, entre las dos no llegan a sumar media docena de locales, de ahí que la concentración de gente sea muy inferior y no se den casos de personas que descarten vivir en ellas por ese motivo.

Existen otras calles donde la hostelería también es protagonista, como Princesa Zaida y San Francisco, además de la Plaza Mayor o el barrio del Castillo, pero se trata de bares de día que para las doce de la noche están o deberían estar ya cerrados. Aunque el hecho de tener terrazas también hace que a determinadas horas pueda haber momentos de bastante bullicio.

En Eurolar, entienden que Cuenca es una ciudad en general tranquila sin zonas de donde la gente huya por cuestiones de ruido. A su entender, más importante es el problema de las cuestas, sobre todo para gente de cierta edad. Algo que propicia que sean algo más económicas viviendas de zonas a las que cuesta acceder como las ubicadas en el barrio de Los Moralejos entre Astrana Marín, Colón y República Argentina, la zona del Cerro Molina, los barrios de San Antón y Tiradores o el tan visitado como poco poblado Casco Antiguo, que sigue a la espera de unos remontes mecánicos que faciliten su acceso y, quizá, a su vez contribuyan a aumentar el valor de sus viviendas.


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