La lucha contra la violencia infantil ha sido la principal reivindicación del Día Mundial del Niño, debido a las alarmantes cifras que ostenta nuestro país. Multitud de jóvenes sufren en aulas, parques e incluso en sus hogares, daños psicológico y físico que marcan su formación tanto académica como personal.
Según las encuestas realizadas durante el informe Érase una voz... cuatro de cada cinco niños piensan que donde más vulnerables se sienten es en las redes sociales, y la mitad de ellos también sitúan a los centros escolares como otra zona de vulnerabilidad, algo que también apuntan educadores como Begoña Gallego, técnica de la Asociación Sociocultural Grupo Cinco. “El conflicto de las aulas sigue muy presente. Muy pocos niños acuden a su profesor para decir que están ejerciendo una violencia sobre ellos”.
Desde su posición, Gallego sostiene que entre las medidas que solicitan para luchar contra la violencia está la de conformar una ley en favor de los derechos de los niños y en contra de la violencia. “Ya hemos sido recibidos por el alto comisionado y queremos llegar a otras instancias”. Además, a través del Manifiesto realizado por el Consejo Asesor Infantil de Érase una Voz, defienden la implicación de los padres en las conocidas cosas de niños. “A veces nos dicen que son cosas de niños, y llevan razón: son cosas de niños y les deben importar, porque nos afectan”.
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ÉRASE UNA V0Z....
Los resultados de este estudio también muestran que los menores entienden como violencia infantil la que se ejerce físicamente contra ellos, no tanto la psicológica o la que atenta contra sus derechos y libertades. “Algunos compañeros nos quedamos impresionados de algunas cosas que los niños habían interpretado como no violencia”, comentó Lucía durante su exposición, añadiendo un caso concreto sobre los abusos sexuales.
“Un 98% de los niños y niñas encuestados piensan que una violación es violencia. Si, es una cifra alta. Pero lo preocupante es que hay un 2% que piensan que no lo es”.
Entre los principales motivos de aparición de violencia infantil entre los encuestados, aparecen la diferencia de poder entre víctima y agresor o la falta de autoestima. Además, tres de cada cuatro niños sostiene que las personas adultas no hacen nada para evitar la violencia hacia ellos. “Algunos profesores te pueden decir que te lo inventas o pasan directamente del tema”, es uno de los testimonios que recoge el informe.
Las soluciones para poner fin a este problema parecen estar lejos de los recursos municipales, debido a que “son poco conocidos y no crean confianza entre los jóvenes”, como señala Gallego. Los menores sostienen como principales necesidades establecer la comunicación de igual a igual con los adultos, así como conocer los derechos con los que cuentan. “Muchas veces ellos si que hablan, pero nosotros no les escuchamos o no les creemos. Están pidiendo eso principalmente. Ser más visibles”, dice Gallego.
