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Villancicos

Los villancicos salen a la calle

Durante la Navidad, varias agrupaciones llevan la alegría de los villancicos a centros de día o residencias de mayores
Los villancicos salen a la calle
Imagen de la Rondalla Pulso y Púa. Foto: Saúl García
27/12/2017 - M. Jiménez

Tradicionales o con unas notas más contemporáneas, los villancicos vuelven a convertirse, un año más en la banda sonora de la Navidad.

Y es que, según Herminio Carrillo, integrante de la rondalla Pulso y Púa y director del grupo Tiruraina, en Cuenca “no hay Navidad sin villancicos”.

Prueba de ello, la presencia de ambos grupos durante todo el mes de diciembre en eventos como la inauguración del belén de la antigua parada de taxis, la cabalgata de Reyes, sin olvidar su visita a centros de día o residencias geriátricas “con el único afán de llevar un rato de alegría a la gente que, por circunstancias, está fuera de su casa”, explica.

“La mayor parte” de los villancicos que interpretan son tradicionales, recuperados del repertorio “de toda la vida” de comarcas como la Sierra o La Mancha y, en el caso de la rondalla Pulso y Púa, el texto se ve acompañado al son de la guitarra, bandurria, laúd, mansolina o el charango, instrumento típico andino que este año la agrupación incorpora por primera vez.

Él es, en la actualidad, el compositor principal de la agrupación, que custodia como un tesoro una serie de canciones típicamente navideñas basadas en poemas de Federico Muelas a los que Carrillo, antiguo maestro del colegio Federico Muelas de la capital, ha puesto música.

Unos villancicos que, para Carrillo, “tienen un carácter especial, porque la letra tiene una calidad poética bastante alta y la música intenta ajustarse al estilo y mensaje que lleva el verso”.

Púlso y Púa los interpreta desde hace aproximadamente siete años y a ellos se únen los compuestos por el ya fallecido Luis Castillejo y a los que los integrantes de la rondalla tienen “un cariño especial también”. Entre ellos, cita el villancico dedicado al barrio de los Tiradores, cuyo autor convierte a la ermita del Cristo del Amparo en “una versión de Belén” e imagina a los pastores “que bajan de la sierra con sus cayados y zurrones y sus corderos al hombro”.

También el que Muelas dedica al barrio de San Antón, con una referencia al cura don Amadeo, a quien insta a “pedir aceite para que el candil de la Virgen pueda lucir y alumbrar el alumbramiento del Niño Jesús”.

El repertorio de este año cuenta con una nueva incorporación, un villancico de temática hispanoamericana compuesto por el propio Carrillo y letra de la ganadora del concurso de poesía del colegio Federico Muelas.

En este punto, respecto al futuro de los villancicos, defiende que, aunque la sociedad “va hacia un laicismo muy notable, la Navidad es una época especial y la gente sigue teniendo ilusión por celebrarla cantando villancicos”.

Un análisis en el que coincide con Ramón Valiente, integrante del grupo Rondadores de Cuenca, que estos días pasan horas animando las calles de Cuenca con la música de más de 40 villancicos tradicionales de la tierra junto a composiciones de autores actuales que empiezan a ensayar allá por el mes de octubre.

Como complemento, los Rondadores, que tampoco descansarán en Navidad, interpretan un popurrí de villancicos tradicionales con el que suelen cerrar sus conciertos “para que todo el mundo participe”, ya que, a su juicio, “en Cuenca, sin villancicos no es Navidad”.