Suena el canto de un gallo a lo lejos y Cuenca, convertida en Getsemaní, es testigo de la traición. Noche de Silencio en este Miércoles Santo que hace temblar los corazones con el eco de horquillas lejanas, de otro tiempo, sonando en el imaginario colectivo.
Noche de Silencio, de misterio y pasión en una Cuenca que es saeta y recuerdo de olivo en el silencio. La Cuaresma se acaba, llega la Pascua. Él se va y Cuenca, confinada, no puede acompañarle en las calles pero sí en la fe y en el amor.
Les dejamos un día más las imágenes del recuerdo para vivir la sagrada historia que nos relata este Miércoles Santo la Procesión del Silencio, una de las más vistosa, por volumen de pasos, la uniformidad de capuces y la belleza del baile de olivos.