Vecinos de la calle Santiago López de la capital conquense se han movilizado esta mañana en contra de la instalación de una antena de telefonía móvil en la azotea de uno de sus inmuebles, el número 7, después de que su propietario, una única persona que tendría todas las viviendas alquiladas, haya llegado a un acuerdo con una empresa de telefonía y su instalación cuente con la autorización de la Junta de Comunidades y la licencia de la Gerencia de Urbanismo.
Según han denunciado los vecinos ante las cámaras en directo de un equipo de TVE, los permisos de instalación se han dado sin que a ellos se les haya informado del proyecto, por lo que ignoran cuestiones como la potencia que tendrá una antena destinada a emitir radiación electromagnética, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) un agente cancerígeno de categoría 2B que a largo plazo puede causar cáncer en animales.
“Entendemos que este tipo de antenas suponen un riesgo grande para los vecinos y deberían estar alejadas de los núcleos de población, no a menos de 30 metros de nuestros hogares”, denuncia Marta Cavero, una de las participantes en una concentración en la que reiteradamente se ha escuchado un grito unánime: “¡Antena, no!”
Acompañando a los vecinos ha estado Carlos Villeta, de Ecologistas en Acción, quien entiende que la evaluación ambiental se ha debido hacer pero denuncia que los vecinos “no la hayan visto”, por lo que duda de que haya sido sometida al necesario periodo de exposición pública para que quien lo quisiera pudiera presentar alegaciones.
Villeta ha recomendado así a los vecinos que acudan al Ayuntamiento para que el proyecto sea sometido a información pública, “haya transparencia” y algún experto pueda analizar las consecuencias que pueda acarrear teniendo en cuenta que “En Europa funciona el principio de precaución” y existen “unas distancias y potencias que se tienen que cumplir. Aunque no se pueda afirmar de forma tajante que vaya a causar daño a la salud, hay científicos que sospechan que sí puede hacerlo. Y, si hay dudas, debe estar lo más alejada posible de las personas”.
Los vecinos entienden que en el entorno, en las proximidades del Cerro de Molina, bajo Ars Natura, ya hay un buen número de antenas, por lo que no creen que esta nueva instalación sea necesaria. Advierten además de que esta zona de la ciudad, con una población en general envejecida, tiene un número importante de personas con cáncer.
El caso es que hace unos días comenzó la instalación de la antena, pero solo en parte: los vecinos se movilizaron y la Policía Local se vio obligada a paralizarla al no contar la empresa instaladora con permiso para cerrar la calle. Pero en cuanto se obtengan estos permisos entienden que volverán a terminar de montarla. Y no están dispuestos a permitirlo.
