Las obras de reparación del paso a nivel con barrera de la calle Diego Jiménez de la capital, que ha acometido el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) esta semana, han sido recibidas por los vecinos de barrio de Casablanca con gran alegría y satisfacción. Y no es para menos, si se tiene en cuenta que llevan bastante tiempo reivindicando una intervención que acabara con esa “tortura” que suponía discurrir con el coche o cualquier otro vehículo, ya fuera moto o bicicleta, por ese punto de la ciudad.
La presidenta de la Asociación de Vecinos de Casablanca, Mª Carmen Checa, no duda en mostrar su satisfacción por ver cumplido un anhelo que venían persiguiendo desde hacía varios años. Y es que era tal, según detalla, que “hasta un vecino, a nivel particular, llegó a remitir una carta a ADIF pidiéndole la reparación de este paso a nivel”.
El desnivel existente entre la rasante del pavimento de la calle y la zona de las vías estaba muy marcado, lo que provocaba la sensación de escalón en ambos sentidos; algo que sufrían no solo los vecinos de Casablanca, sino también los muchos ciudadanos que circulan diariamente por esta calle, al tratarse de uno de los puntos de conexión para salvar los terrenos de Renfe que dividen en dos la ciudad.
Para los vecinos de Casablanca, sin embargo, a las obras de ADIF en este paso a nivel con barrera les ha faltado algo. Y es que, tal y como recuerda Checa, se lleva reclamando, también desde hace tiempo, el acondicionamiento de uno de los dos pasos de peatones, sustituyendo las actuales traviesas de madera por un suelo de goma antideslizante, a semejanza del ya existente en el paso del otro lado de la calle. Con esta pequeña intervención, se reduciría de manera importante la peligrosidad de este paso de peatones cuando hiela, porque, según dice, las maderas se convierten en una auténtica pista de patinaje con el consiguiente riesgo de caídas”.
Aun así, esto no empaña lo que considera una buena noticia para el barrio, al igual que la reciente construcción de una rampa en la calle Ángel del Campo Cerdán, también muchas veces reivindicada al Ayuntamiento y que finalmente se ha hecho realidad hace unos meses, junto con la sustitución de las baldosas deterioradas en esta zona del barrio. Una actuación que, tal y como subraya Checa, viene a garantizar la accesibilidad en esta zona, que estaba comprometida por la existencia de un escalón que hacía inútil los esfuerzos de unos vecinos que habían construido una rampa de acceso a su bloque de viviendas ante la movilidad reducida de algunos de sus residentes. Ahora, ya se ha solventado el problema, al menos en gran parte, y en ello, según la presidenta de la asociacion vecinal, ha tenido mucho que ver la concejal de Participación Ciudadana, Barrios y Pedanías y Atención a la Tercera Edad, Asunción Moriana, que “se ha mostrado en todo momento muy receptiva a esta petición”.
Checa lamenta que no se haya aprovechado la obra para mejorar uno de los pasos de viandantesDemandas pendientes
No se puede decir lo mismo, sin embargo, de otras reivindicaciones del barrio, que se vienen dilatando en el tiempo, años y años, sin que se le dé una solución definitiva. Una de ellas es el problema del edificio en ruina del número 2 de la calle Diego Jiménez, en su confluencia con Paseo San Antonio.
Diez años de espera que, en opinión de Checa, no parecen ser suficientes, porque “todo sigue igual después de tanto tiempo, hasta incluso las vallas que colocó la Policía Local hace ya más de diez meses tras el desprendimiento de parte de la cornisa sobre la acera”. En todo este tiempo, los vecinos dicen que solo han recibido la callada por respuesta. Desconocen qué va a ocurrir con este inmueble, que consideran “todo un peligro”; es decir, si finalmente se va a restaurar o demoler. Lo que sí está claro, a juicio de Checa, es que requiere de una respuesta inmediata y definitiva para, de esta manera, no tener que lamentar después alguna desgracia.
Otra demanda sin atender es la reparación del muro de la subida al Colegio de Casablanca desde el Paseo San Antonio. Junto a él, continúan las vallas que se colocaron hace casi un año, sin que, por el momento, se tenga la certeza sobre a quién corresponde el arreglo, si al Ayuntamiento o a la Cooperativa de Viviendas Ciudad Encantada. La cuestión es que los vecinos temen que pueda colapsar en cualquier momento, tras la lluvia y la nieve de las últimas semanas.
Pese a todo ello, Checa confía en que el Ayuntamiento vaya a proporcionar una solución a todos estos asuntos, “a ser posible más pronto que tarde”, señala.