Hay preocupación, entre los miembros de la junta directiva de la Federación de Asociaciones de Vecinos y Usuarios de Cuenca (Favecu), por el problema de los excrementos caninos, que a su entender sigue proliferando por prácticamente toda la ciudad, calles, parques y jardines, sin que las campañas de concienciación puestas en marcha en los últimos años hayan dado fruto alguno.
Así se lo hicieron llegar los vecinos al primer edil, Darío Dolz, en una reciente reunión celebrada en el Ayuntamiento donde también se trató el consabido asunto de la falta de mantenimiento y limpieza de las calles.
“Te encuentras excrementos de perro por cualquier parte y si encima le dices algo a sus dueños, estos se ponen de uñas”, advierte la presidenta de Las Quinientas, Elena Castillejo.
Al igual que Antonio Gómez, de Fuente del Oro, considera que poner multas a los dueños de los perros que no recojan los excrementos de sus mascotas puede ser la única manera de acabar con una práctica que ensucia la ciudad y en algunos casos hasta llega a zonas de parques infantiles, como los areneros. “En cuanto duele el bolsillo, dejan de hacerlo y corre la voz para que otras personas tampoco lo hagan”, sostiene Gómez.
La ordenanza actual prevé multas por esta práctica de hasta 750 euros, pero, dado el estado de algunas zonas, muchas no deben ponerse. En lugares como el pinar próximo al colegio público de Fuente del Oro llevan acumulándose durante meses sin que los operarios municipales las recojan.
Los vecinos también advierten de los abundantes casos de perros que orinan en paredes, portales, aceras o mobiliario público, dejando unas manchas que si no se quitan en poco tiempo luego ya es muy difícil suprimir, lo que también contribuye a ensuciar la ciudad.
A este respecto, el representante vecinal de Fuente del Oro considera que, como ya sucede en muchas ciudades españolas, la ordenanza debería recoger la obligatoriedad de que los dueños de los perros salgan a la calle provistos de botellas de agua para verterla allá donde sus animales orinen y la zona quede limpia. “Hay ciudades en las que hasta controlan a los dueños para ver si llevan agua y, en caso de que no la lleven consigo, se les sanciona”.
"En Albacete se ultima introducir en la ordenanza la obligación de llevar agua
En Alicante, por ejemplo, una ordenanza reciente, de finales de 2019, señala que “los orines que afecten al mobiliario urbano, edificaciones, aceras o cualquier otro elemento serán limpiados echando sobre ellos agua limpia. Los que porten los animales estarán obligados a llevar una botella, con capacidad suficiente, llena de agua para su menester”.
También es obligatorio llevar agua en Almería y Ronda, aquí preferentemente mezclada con vinagre, o en Benalmádena, Jaén y Cádiz, en estos otros casos con jabón. Las multas por incumplir este deber oscilan entre los 50 y los 500 euros, aunque en Las Palmas de Gran Canaria llegan hasta los 1.500. Y se está trabajando en introducir esta obligación en Albacete.
Los vecinos también mostraron al alcalde su preocupación por los numerosos perros sueltos que se ven por las calles de todos los barrios. Hacen además hincapié en que, cuando alguien advierte de ello a los dueños, estos suelen responder con el habitual “si no hace nada”. Pero cuando un perro se le acerca a alguien y/o le ladra, ya está molestando. Y el riesgo de mordedura existe, consideran.
La ordenanza municipal recoge la obligación de llevar a los perros con correa. La única excepción son los parques y jardines públicos de 19:00 a 9:00 horas en otoño e invierno y de 20:00 a 09:00 en primavera y verano. Incumplirla se considera infracción leve y conlleva multas de hasta 750 euros.
