El Casco Antiguo de Cuenca es un hervidero de gente este sábado 21 de septiembre, en el día grande de las Fiestas de San Mateo, último día de vaquillas enmaromadas. El final de fiesta se aproxima y peñistas y público se han volcado en la cebración.
A pesar de que la ciudad amanecía con inestabilidad atmosférica, la lluvia ha dado una tregua, permitiendo que los festejos se desarrollaran sin mayores contratiempos, aunque el cielo sigue siendo una preocupación para los conquenses.
En la primera suelta la Plaza Mayor se ha llenado de peñistas, conquenses y visitantes deseosos de disfrutar de la penúltima vaquilla. El ambiente festivo y la emoción se ha apoderado del entorno a medida que los más valientes se lanzaban a correr ante las vaquillas. Los astados han protagonizado carreras intensas que han dejado algún que otro susto, caídas y revolcones.
Durante la suelta de vaquillas matutina, el punto sanitario municipal ha atendido un total de ocho incidencias. Entre ellas, se destaca un síncope con cefalea que ha requerido traslado al hospital para una evaluación más profunda.
Además, se han registrado siete atenciones por diversos motivos: contusiones, abrasiones, mareos y una quemadura, todas ellas de carácter leve y tratadas en el punto de atención sin necesidad de traslado hospitalario.
La jornada festiva ha concluido con el tradicional Toro de Fuego a las 20:30 horas en la Plaza Mayor, y la gran traca fin de fiestas que ha puesto el broche de oro a esta celebración.
Para cerrar la jornada, la Plaza Mayor ha acogido la última verbena matea, amenizada por la orquesta Tokio Band, con la que Cuenca ha despedido estas fiestas.