Por tercer año consecutivo San Julián contará con dos días en los que la feria bajará el volumen de sus atracciones y espectáculos. Serán concretamente los días 28 y 31 de agosto, con el fin de favorecer la participación de niños y adultos que padecen trastorno del espectro autista o Asperger.
Uno de los problemas que sufren las personas que tienen Trastorno Específico del Lenguaje (TEL), autismo o Asperger, entre otros, es la hipersensibilidad auditiva, esto hace que les resulte muy difícil identificar de una manera correcta la intensidad de los estímulos. Cuando una persona acude a un evento en el que hay una cantidad inusual de ruido, el cerebro es capaz de interpretarlo y acostumbrarse a ese entorno, sin embargo, en alguien que sufre alguno de estos trastornos los ruidos altos, los petardos o incluso un tubo de escape, le producen una sobrecarga sensorial negativa por lo que en fiestas, reuniones o celebraciones en las que hay mucho sonido ambiente, su estado de ánimo pasa a ser de miedo, ansiedad o inseguridad.
La iniciativa de celebrar “el día sin ruido” que consiste en bajar el sonido de las atracciones, nació a petición de la Asociación Provincial de Autismo y otros Trastornos del Neurodesarrollo de Cuenca (APACU) “porque se había hecho en otras ciudades y había funcionado muy bien”, pero se ha mantenido en el tiempo, de motu propio, por parte del Ayuntamiento.
Es una medida sencilla pero muy importante, ya que permite que personas que sufren este tipo de trastornos puedan participar y disfrutar de las atracciones de la feria y de los espectáculos programados, además, pueden hacerlo sin miedo.
APACU lleva 18 años trabajando con niños autistas en Cuenca y en Villamayor de Santiago, ofreciendo una atención individualizada y personal, cuentan asimismo con un servicio itinerante, es decir, se desplazan a los domicilios de los usuarios para trabajar aspectos de la vida cotidiana, no solo con los afectados sino también con sus familias, ofreciendo apoyo y orientación.
La Asociación tiene un equipo de profesionales formado por cinco psicólogas, una pedagoga, cuatro logopedas y una fisioterapeuta y aseguran que “para una persona con autismo la cantidad de sonidos que hay en la feria resulta insoportable, por lo que antes del día sin ruido preferían no ir a tener que enfrentarse al miedo que pasaban”.
María Barrero, directora de APACU, se muestra agradecida de que el Ayuntamiento haya decidido mantener esta medida, algo “fácil de implementar, pero que es de vital importancia para las personas que padecen autismo. Favorece su capacidad de sociabilizar, que es otro de los problemas a los que tienen que enfrentarse los niños y las familias”.
Que, en la feria de San Julián haya dos días en los que se baje o se elimine el volumen de la feria es una decisión que nos ayuda a todos, “porque son días laborales y todos necesitamos descansar” asegura María Barrero.
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