Desde el pasado invierno, en torno a las Navidades, lleva caído, sin vida pero sin ser retirado por los servicios municipales de limpieza, un árbol de grandes dimensiones en el puente que comunica el entorno del Parque Municipal de Bomberos con el barrio de Fuente del Oro.
Al caer sobre la valla del puente, y destrozarla, los bomberos sí que se vieron obligados a intervenir en su día, y fueron instaladas unas vallas de obra provisionales para evitar que los peatones, especialmente los niños, pudieran caer al río.
Pero sorprende que más de medio año después esas vallas en principio provisionales sigan ahí, sin que hayan sido sustituidas por una nueva similar a la existente. Y que el árbol tampoco haya sido cortado ni trasladado.
El presidente de la asociación de vecinos de Fuente del Oro, Antonio Gómez, reconoce su extrañeza ante esta situación. Porque, aunque entiende que con el vallado provisional no hay peligro, es algo a lo que ya hace tiempo que debería habérsele dado una solución definitiva y que lógicamente no da buena imagen.
En cuanto al árbol, Gómez se pregunta si a lo mejor no se retira porque al estar junto al río Júcar “en el Ayuntamiento dirán que es competencia de la Confederación Hidrográfica y en la Confederación que es del Ayuntamiento, como siempre hacen, y el caso es que el árbol se queda sin retirar”.
Actuación en el Júcar
Justo en esta zona, además de en toda la ladera del Júcar hasta San Antón, por un lado, y hasta Las Cañadillas, por el otro, ya a orillas del Moscas, estaba previsto que se interviniera próximamente gracias a un proyecto de la Confederación que debía haberse iniciado a principios de año y que ahora podría demorarse aún más con motivo del cambio de Gobierno.
Se trataba, hay que recordar, de una inversión de casi dos millones de euros para disminuir los riesgos de inundación en los ríos Júcar y Moscas a su paso por la ciudad y de regenerar ambientalmente la zona para que esta resulte atractiva para el paseo.
A ello se añadía un proyecto piloto para llevar a cabo actuaciones de adaptación al cambio climático a través del cual se iban a estudiar propuestas para aminorar los daños que el río puede causar a un edificio con riesgo de inundación pero de gran importancia como es el Hospital Alameda.