Un total de 9.223 personas han evitado desplazamientos para someterse a un PET-TC para el diagnóstico de enfermedades oncológicas desde que en junio de 2017 el Gobierno de Castilla-La Mancha pusiera en funcionamiento en Guadalajara la primera de las unidades móviles que realizan esta prueba en la región y que, posteriormente, se abrió al resto de capitales de provincia -excepto Ciudad Real que cuenta con servicio de Medicina Nuclear en el Hospital General-, así como a Talavera de la Reina y Alcázar de San Juan.
Estas unidades móviles no sólo han evitado desplazamientos a los pacientes para realizar una prueba que proporciona un diagnóstico certero y preciso, sino que además es valorada con gran satisfacción por parte de los usuarios y de los propios profesionales.
Este servicio de diagnóstico no se ha visto interrumpido en ningún momento durante la crisis sanitaria por la infección por coronavirus con el fin de atender las peticiones que se han seguido realizando desde las áreas de Oncología, que tampoco han alterado su funcionamiento. De hecho, durante el año pasado se incrementó más de un 22 por ciento el número de pruebas realizadas con respecto al año anterior, superando las 4.000.
Desde su puesta en marcha en junio de 2017 y hasta el cierre del año 2020, la unidad móvil ha realizado 3.288 pruebas en Guadalajara, 3.407 en Albacete, 907 en Cuenca, 778 en Talavera de la Reina, 559 en Toledo y 294 en Alcázar de San Juan.
La Tomografía por Emisión de Positrones (PET) es una exploración no invasiva de diagnóstico por imagen capaz de medir la actividad metabólica del cuerpo humano, que, en combinación con el TC (Tomografía Computarizada), proporciona imágenes que señalan la ubicación anatómica de la actividad metabólica anormal dentro del cuerpo, proporcionando diagnósticos más precisos que si las exploraciones con ambas pruebas se realizaran por separado.
Su realización es muy relevante en la detección, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades oncológicas, por lo que la instalación de estas unidades móviles en las diferentes provincias de la región supone un avance muy relevante para los pacientes de estas áreas, que no tienen ya que desplazarse a Ciudad Real o a la Comunidad de Madrid a someterse a esta prueba.
Entre las consecuencias derivadas de este servicio se encuentra la menor incertidumbre sobre la prueba, al realizarse en un entorno “más amigable”, por conocido, para el paciente; el ahorro de tiempo y kilómetros correspondientes a los desplazamientos del paciente y, con frecuencia, de algún acompañante; el ahorro del gasto que supone el desplazamiento o la pérdida de jornada de trabajo tanto para el paciente como para el acompañante.
La puesta en marcha de esta prestación ha permitido que los pacientes que se han beneficiado de ella se hayan evitado más de 4,2 millones de kilómetros en desplazamientos (más de 105 vueltas alrededor de la tierra); una pérdida de tiempo en trayectos de 1.820 días; y unos gastos por desplazamientos de 800.000 euros.
Trabajo en red
Estas unidades móviles son un claro ejemplo de la apuesta por el trabajo en red del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ya que las imágenes que se obtienen en esta unidad móvil son interpretadas, leídas e informadas por los especialistas en Medicina Nuclear gracias a la conexión de este servicio a ‘NumisCAM’, un sistema de información desarrollado por el SESCAM que permite la disponibilidad digital de los informes e imágenes validados, con lo que se gana en rapidez y capacidad de respuesta en el diagnóstico.
La coordinación de toda esta actividad asistencial recae en la Unidad Regional de Medicina Nuclear de Castilla-La Mancha (URMN), cuyo objetivo es integrar los distintos servicios de Medicina Nuclear de la región para garantizar una asistencia uniforme y de calidad a todos los ciudadanos de la Comunidad Autónoma, así como facilitar la conexión en red de los equipos y personas relacionadas con los servicios de Medicina Nuclear para facilitar el acceso a estudios completos, aumentando el nivel de integración de la imagen diagnóstica.
Asimismo, pretende trasladar al ámbito asistencial, docente e investigador toda iniciativa de gestión clínica integral, y que los profesionales implicados puedan ofrecer una atención y soporte específico y especializado en esta materia en toda la región, y todo ello con el fin último de garantizar la mayor calidad asistencial y la máxima satisfacción por parte de los pacientes.