El Museo Diocesano o Museo Tesoro Catedral, cumple 35 años desde que abriera sus puertas como un espacio de integración para piezas artísticas de la Catedral de Cuenca y otras muchas más de carácter diocesano. Su director, el párroco Vicente Malabia, comenta que pese a las reliquias que alberga, el espacio está viviendo una continua renovación en todos sus aspectos.
“Se intenta estar al día, ahora se está revisando el sistema informático, esto por ejemplo ha servido para que, junto a la colaboración de investigadores y la UCLM se haya actualizado e informatizado el catálogo del museo, así hemos actualizado nuestro inventario, algo que supone una mayor protección del valioso patrimonio del museo. Creo que en este aspecto hemos trabajado bien dentro de nuestros límites claro, nuestra financiación es corta, pero intentamos servir al visitante con una información previa y posterior a su visita, que se encuentre cómodo y que siempre encuentre información de lo que necesita. Hemos ido al compás del paso de las tecnologías, no a la última, pero si poniéndonos a punto constantemente”.
En este aspecto, la apertura y la traducción de los distintos paneles ha supuesto un esfuerzo que sigue incrementando el número de visitas, ya no solo el inglés, sino también de otros idiomas: “A partir de la exposición de Ai Wei Wei, nos abrimos a esa sensibilización hacia el público asiático. No sé si Cuenca se ha sensibilizado también sobre el fenómeno de este tipo de turismo”, señala Malabia.
PREVISIÓN CRECIENTE DE VISITANTES AL MUSEO
Desde que se uniera a la gestión conjunta con la Catedral de Cuenca hace cuatro años, el museo ha registrado una crecida constante de visitantes. Esto, unido a las novedades como la promoción en redes, le ha valido para ganarse el certificado de excelencia concedido por el portal turístico TripAdvisor. Una señal del reconocido atractivo que le señalan sus visitantes. “Esto es consecuencia de la integración del museo en la oferta de la Catedral. No es lo mismo promocionar sólo el museo que complementarlo en el paquete de visitas con el templo. Esto nos da a nosotros más visión y a los visitantes un complemento extra en su visita. Así hemos pasado de los 10.000 visitantes de 2014 a más de 17.000 en el pasado año. Una cifra que previsiblemente se volverá a superar en este 2018”.
TESORO DIOCESANO Y DE LA CATEDRAL DE CUENCA
Pese a ser un espacio de gran valor de piezas de siglos pasados, algo tan novedoso como el marketing es necesario en el espacio. Parte de este cambio lo lleva acoplado a su propia nomenclatura, un aspecto sobre el que bromea su director: “Hay quien me dijo que si quería cerrar el museo dejara el nombre de ‘Museo Diocesano’. El hecho de que se llame ‘Museo Tesoro Catedral’ es cosa de la promoción del espacio. Tenemos piezas muy bellas e importantes de la Catedral, pero no son menos las piezas del fondo Diocesano. Por ejemplo, los dos Grecos, o en el caso del díptico es de la catedral, pero dos custodias magníficas de Becerril provienen una de Villaescusa de Haro y otra de Buendía, así como la colección de cruces parroquiales y los cálices que son verdaderas obras de arte y muchos provienen de las iglesias de pueblos muy pequeños.
El paso por el museo traslada al visitante a épocas anteriores, si bien es cierto que desde la institución trabajan para recuperar algo tan necesario como las visitas guiadas, para dotar a los turistas de una experiencia llena de conocimiento y que despierte aun más la curiosidad por las reliquias de nuestro pasado ante la magnitud de los tesoros que encierra. “Cuando yo enseño el museo a alumnos, grupos escolares o amigos, se van muy impresionados. El fondo del siglo XVI de este lugar es comparable a cualquiera de los grandes museos españoles de carácter religioso. La colección de orfebrería es de las más potentes que puedas ver en cualquier sitio, y la de alfombras pese a que sea una colección de Cuenca. Que uno puede pensar, ¿cómo no va a haber alfombras de Cuenca en una colección de alfombras? Bueno, las cosas no son tan obvias. Estas piezas necesitan de un cuidado y mantenimiento mayor a un cuadro por ejemplo, por lo que es muy complicado que tengamos piezas completas sin que le falte algún fragmento. Esto lo completa la instalación de Gustavo Torner que sigue teniendo su esencia en el museo pese al paso de los años.
Malabia no puede evitar ponernos en situación sobre lo que muchas veces le ocurre con los propios conquenses, que no son conscientes del tesoro que tienen en su ciudad con este y otros espacios culturales hasta que lo descubren. “Es algo que nos pasa con las cosas de Cuenca, pero hay un cambio muy favorable en la ciudadanía que agradece las novedades y restauraciones que se hacen en espacios como este museo o la Catedral. Por ejemplo, esta previsto que se monte el retablo de Santa María de todos los Santos en la Catedral que es espectacular, que son cosas que antes no eran posibles. Con el museo pasa igual. Aunque si me da mucha lástima el Calvario de Alfonso VIII. Durante toda la Edad Media y posterior se peregrinaba a Cuenca para acudir a este calvario. Torner lo puso en la Catedral de manera similar y ahora está aquí en el museo. Esta peregrinación es una costumbre que se ha perdido”. Lo que sigue en pie es el gran rincón que tiene el Casco Antiguo que continuará siendo un tesoro para los conquenses y visitantes por muchos años más.
Las exposiciones temporales son un aliciente y “dan mucho más resultado del que parece”Pese a sus limitaciones de espacio, el Museo Diocesano apuesta por las exposiciones temporales como gran novedad para sorprender a sus visitantes primerizos y hacer retornar a los que ya han pasado por él para impresionarles con nuevas piezas que, dado el éxito que tengan, pueden llegar a convertirse en piezas expuestas de manera permanente, como ocurrió con la réplica de la Sábana Santa procedente del municipio de Castillo de Garcimuñoz.
“Al igual que la Catedral, el Museo Diocesano está apostando por estas propuestas de exposiciones temporales. Si es cierto que en nuestro caso no podemos habilitar grandes salas pero habilitamos pequeñas cosas que vayan renovando las piezas del museo”, señala su director, Vicente Malabia.
Según destaca estas exposiciones “dan mucho más resultado del que parece y supone un aliciente sobre todo para gente de Cuenca. Ahora mismo tenemos una gran pieza, un retablo de estilo gótico aragonés-valenciano llamado ‘Los gozos de María Santra Cruz de Mota’ que se atribuye a Gonzalo Peris y que estuvo en una exposición de la Catedral, es algo que invito especialmente a los conquenses a que vean porque es magnífico”.