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Talavante dejó una faena para el recuerdo y Roca Rey abrió la puerta grande (3 orejas)

El fallo con el acero privó al extremeño de salir a hombros y Manzanares cortó un apéndice.-Desigual juego del ganado de Zacarías Moreno y Daniel Ruiz
Fotos: Saúl García
27/08/2024 - Chicuelito

En muchos festejos son dos o tres ganaderías las que completan el encierro tras el pertinente sorteo. Sin embargo, en la cuarta corrida de feria, la empresa ya había programado de antemano que dos ganaderías iban a formar parte del festejo, como lo fueron las de Daniel Ruiz (procedencia Jandilla) y Zacarías Moreno (Juan Pedro Domecq), como si se tratase de un mano a mano ganadero para los tres espadas, dos de ellos, Roca y Talavante, en cabeza del escalafón. Respecto a los días anteriores, el ganado mejoró, destacando sobre todo el quinto, Limpiador, de Daniel Ruiz. Por lo que concierne a los toreros, el resumen nos recuerda una frase informativa de los 60 en RNE, que anoté para siempre: “Ayer toreó Paco Camino y trabajó Diego Puerta”, que era mi ídolo, porque siempre quedaba bien.

El resumen sobre los coletudos en la cuarta de Feria, en la balanza de los trofeos, es que Alejandro Talavante dejó en el ruedo conquense una faena para el recuerdo, que se quedó sin el premio mayor por culpa de los aceros; que Roca Rey es el líder del escalafón y lo confirmó en Cuenca, y que José María Manzanares se llevó la oreja de cada tarde que viene a Cuenca. Era su paseíllo número 13 y suma diez apéndices en total.

 

JOSÉ MARÍA MANZANARES

Abrió plaza el alicantino recibiendo a “Diablillo”, de Zacarías, que mostró la querencia casi de salida, tanto en los lances sin ligazón de Manzanares como en su actitud frente al piquero y los subalternos, a la defensiva. José María Manzanares, con oficio y experiencia, fue porfiando ante el burel para sacarle una faena aseada sobre ambas manos, en la que hubo algunos pasajes interesantes de su buen hacer muleteril, gustándose en los obligados pases de pecho tras cortas tandas. Acabó de media estocada tendida que surtió efectos y el respetable pidió la oreja que Manzanares paseó por el redondel.

En el cuarto castaño, de Daniel Ruiz, que atendía por “Malillo”, José María Manzanares se abrió de capa con siete verónicas y la media revolera. El burel apretó frente al del castoreño y se dejó en el tercio de banderillas. Manzanares aprovechó la nobleza del toro, justo de fuerzas, para iniciar una faena con pases por alto, fijando la embestida, y ligar una serie de redondos y el de pecho, con cierto empaque, con mayor lucimiento con la diestra que con la zurda, aunque en una de las tandas quedó desarmado. El toro se fue parando y lo sometió con ayudados y desplante. Acabó de pinchazo sin soltar y un pinchazo hondo que mando a “Malillo” al desolladero. El público ovacionó la labor del maestro alicantino.

 

ALEJANDRO TALAVANTE

Sin más, hay que decir que Alejandro Talavante estuvo cumbre en Cuenca. Su faena al quinto debe quedar grabada en la memoria colectiva taurina, con esas miradas al tendido mientras el toro pasaba por su muleta de tronío. Su toreo de pureza, estética, temple, valentía y sobre todo lentitud, parando el tiempo con las telas frente a los pitones, nos recordaba aquellas frases del profesor  Claramunt en nuestra ciudad, cuando Talavante ofrecía su asombroso repertorio en el centro del platillo: “Cuenca tiene aires de corrida: el chopo le da un estatuario al río; los juncos se cimbrean en carrera impetuosa para el momento de la verdad y cornear al viento... La fiesta de los toros no termina con la muerte de los toros: ocurre como en Cuenca, que los chopos mueren en invierno para nacer en primavera”.

A veces en Cuenca ocurren cosas extraordinarias como esa faena de Alejandro Talavante a “Limpiador”, de Daniel Ruiz, quizá el mejor toro de lo que llevamos de feria. Lo recibió el extremeño con lances afarolados y un par de verónicas con bello remate. La cosa pintaba y el rostro de Talavante anunciaba premoniciones artísticas, de ahí que pidió rápido el cambio tras la intervención del picador. El toreo de Talavante tuvo un paréntesis excepcional con el par de banderillas que colocó Javier Ambel, que nos recordó a esos banderilleros que citan al toro con garbo y poderío. Sensacional Ambel, de perfil amanoletado, que saludó la gran ovación.

Alejandro Talavante brindó su faena al público y la inició de rodillas con pases cambiados de espaldas, el tercero mirando a los tendidos. Temple y mando hubo en las tandas que fue prodigando al son de la “Opera flamenca” que la Banda interpretaba; “Limpiador”, noble y con fondo, atendía la flámula de Talavante en los lentos naturales y largos pases de pecho, cambiando de manos y mirando al tendido con espartano valor y magistral clase torera. El público quedó entregado, y cuando el burel iba perdiendo gas el extremeño siguió con sus desplantes, arrojando la espada, e incluso luciéndose con manoletinas y el trincherazo, para arrojar también la muleta como hiciera Fernando Adrián el día anterior. Talavante en estado puro, torero y torerazo, entre calurosas ovaciones. Se hizo el silencio en la suerte suprema y Talavante colocó la estocada recibiendo. Se acostó el toro y los tendidos eran un flamear de pañuelos… La puerta grande parecía abrirse, pero entró en acción el puntillero para rematar la faena y tras el golpe de verduguillo aconteció que “Limpiador” se levantó como un resorte y hubo que descabellar hasta tres veces. No dejaron de sonar los aplausos y de flamear los pañuelos pidiendo los máximos trofeos, pero la presidencia, con buen criterio, sólo concedió la oreja que pedía el público. Talavante dio una triunfal vuelta al ruedo y el palco fue abroncado por hacer bien las cosas.

En el segundo, Talavante recibió al zacarías “Alegre” con verónicas ajustadas a pies juntillas, aunque en un lance perdió el capote. Lidió bien Javier Ambel, apretando el toro en el caballo y crecido en banderillas. Comenzó Talavante con pases por alto, sacando algunas tandas y molinetes al son de “Nerva”, mostrando poca transmisión, en una labor de mayor técnica que torería. Pinchó en hueso, aunque la estocada fue fulminante y se le aplaudió en el saludo.

 

ROCA REY

Fue el triunfador de la tarde y por ello salió por la puerta grande con el saldo de las tres orejas. El peruano recibió a “Complejo” con la franela, siendo arrollado en el segundo lance. No tenía el de Zacarías complejos y se fue al picador en el tendido 4 de la solanera, recibiendo los tres pares de garapullos. Roca Rey inició su faena con doblones tras los que el burel dio la vuelta de campana, para seguir con su labor muleteril en tandas por la derecha, con profundidad y casta, midiendo bien los terrenos. Toreaba con gusto al son del pasodoble “Clarines de gloria” y el torero se sentía en la gloria de su exquisita manera de plasmar el arte de Cúchares, con algunas improvisaciones de su particular concepto del temple, el mando y cargar la suerte, que dirían los clásicos. Roca Rey, mandón de la fiesta actual, supo estar a la altura hasta que el toro perdió fuelle. Marcó bien los tiempos de la suerte suprema y dejó una estocada efectiva. Se le concedió la oreja y hubo petición de la segunda.

En el sexto, “Rebujino”, Roca Rey se fue a por la puerta grande y con ocho verónicas y un artístico remate, recibió al de Daniel Ruiz. Apretó el toro en el caballo y Roca pidió el cambio con un primoroso quite por gaoneras y tafalleras, que el público agradeció. Con los garapullos se arriesgó mucho Antonio Manuel Punta, que saludó. Roca Rey brindó su faena al público, que inició con poderosos pases por alto hincando el toro un par de veces los pitones en la arena. A partir de ahí, el diestro peruano fue cimentando una faena sobre ambas manos en la que no se escuchaban los olés, pero se percibía muy bien el pasodoble recién estrenado del joven músico Pepe Aguilar, que amenizó una faena en la que Roca Rey se lució, hasta que “Rebujino” se fue parando y buscó el torero el broche final a su faena en arrimón, desplante y toque de pitón, y aquí citamos de nuevo a Claramunt sobre la Tauromaquia y Cuenca: “Qué cartel más amoroso se hubiera formado con Fausto, Don Quijote y Don Juan!, para lidiar las rocas que derivan en las nubes altas y dominan por alto las aguas del Júcar”. El que lidiaba era Roca, sobre las nubes altas de la Cuenca taurina, y quizá ese cartel lo encuentre Maximino para la feria del 25. Roca Rey, con dos orejas, abrió la puerta grande con los chopos cercanos como estatuarios...

 

LA FICHA

Cuarta corrida de la Feria de San Julián. Martes, 27 de agosto de 2024. Presidió Emiliano García, asesorado por Miguel Tinajero y el veterinario Luis Colmenar.  Hizo bien la presidencia de no conceder la segunda oreja en el quinto, pese a la amplia petición, por el fallo en los aceros de Talavante, tras su faena para el recuerdo. La bronca, inmerecida.

José María Manzanares (azul marino y oro), una oreja y ovación.

Alejandro Talavante (lila y oro), ovación y una oreja con fuerte petición de la segunda.

Roca Rey (grana y oro), una oreja y dos orejas.

Saludaron los banderilleros Javier Ambel en el quinto y Antonio Manuel Punta en el sexto.

El ganado: Tres primeros toros de Zacarías Moreno y los tres restantes de Daniel Ruiz, con juego desigual en tono bajo. Destacaron algo tercero, quinto (el mejor de la tarde) y sexto, ambos aplaudidos.  Peso: 495, 468, 537, 438, 488 y 445 kilos.

Incidencias: Casi lleno y por tanto la mayor entrada de público de la feria. Tarde de abanicos, con ligera brisa, y gran ambiente en los tendidos. Las peñas de San Mateo, con la animación de cada tarde tras la correspondiente lidia. Entre los personajes, de nuevo Joaquín Caparrós en el palco municipal junto al pregonero Cansado, y en el callejón el torero triunfador del lunes, Fernando Adrián y el acreditado pintor Remy, desplazado desde México. Antes de la salida del quinto toro, el festejo quedó interrumpido durante unos minutos para atender a un espectador que sufrió un mareo en el tendido 3 y se recuperó en la enfermería; hasta el tendido se desplazó el médico de la plaza, así como el delegado gubernativo, Francisco Sánchez, que hacía su último servicio en la plaza de Cuenca, pues ha ascendido a comisario de la Policía Nacional. Vaya la felicitación para él y su compañero Javier Mayordomo.