Los vecinos del barrio de Tiradores Bajos han decidido pasar a la acción tras ser “ignorados” durante meses por el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, y ser uno de los barrios más abandonados de la capital.
El portavoz de la Asociación de Vecinos, Aitor Narbón, ha anunciado que convocarán en breve una manifestación para pedir al Ayuntamiento que actúe de una vez y arregle las numerosas deficiencias que arrastran desde hace años. “Llevamos casi tres años pidiéndole al alcalde que nos reciba y ha hecho caso omiso”, explica Narbón.
Además, se han remitido a alcaldía hasta tres escritos, el último en marzo del año pasado que no han obtenido respuesta. “Seguimos reclamando un Área de Rehabilitación Integral y estamos dispuestos a movilizarnos para conseguirlo y que se nos empiece a hacer caso”, ha apuntado. Además de la manifestación, la acción más inmediata será colgar pancartas de protesta por todo el barrio.
HUMEDADES Y MOBILIARIO URBANO ROTO
En febrero de 2017, el Consistorio anunció que se iba a atender a la mayor brevedad posible al menos las deficiencias en la iluminación y la limpieza de Tiradores Bajos. Sin embargo, el portavoz vecinal asegura que se han reparado cosas puntuales, como algunas farolas, “pero muchas otras siguen sin funcionar, por no hablar de cómo está todo de porquería”.
Los problemas más graves son las humedades que presentan varias viviendas en la calle Padre Ricardo Rábanos debido al cambio defectuoso del pavimento de la calzada que se hizo y la falta de impermeabilidad. A esto se suman solares sin limpiar y abandonados; casas en ruina y en peligro de derrumbamiento en varias calles; alcantarrillas rotas y hundidas, barandillas destrozadas; falta de papeleras y contenedores; y problemas con las cañerías que cuando se atascan- bastante a menudo- tienen que limpiar los propios vecinos con una manguera que tiene la Asociación.
Tal es la situación, que uno de los residentes de la calle Socorro, harto del mal estado del pavimento, se ha ofrecido a arreglarlo con dinero de su bolsillo “y está esperando que le den al menos la autorización para ello”, cuenta Aitor.
Tampoco parece que se haya puesto en marcha el proyecto para reducir el tráfico en esta zona y Santa Teresa, anunciado el pasado mes de octubre. “Las calles no están preparadas para acoger el volumen de tráfico que transita por aquí, ya que muchos conquenses lo utilizan como atajo. No hemos notado que haya disminuido la cantidad de coches que pasan por aquí, al contrario, circulan una barbaridad a diario”, afirma.
Desde la Asociación de Vecinos creen que tras la polémica generada por la instalación de una carpa en el Paseo del Huécar con motivo de las fiestas vecinales que se vieron obligados a retirar tras un decreto de alcaldía, “el primer edil está en contra de nosotros”. Ni siquiera confían en que la campaña electoral, que está a la vuelta de la esquina, sirva para que se ejecute alguna cosa.
