En los últimos tiempos estamos siendo conscientes de numerosos cambios en los hábitos, nutrición, formas de moverse, de comunicarse… y el ámbito funerario no ha sido menos. Cada vez son más los que, llegado el momento, optan por cambiar detalles en la forma de rendir homenaje a un ser querido que ya no está.
En Cuenca, la tendencia a la incineración sigue aumentando año tras año, sin embargo, la inhumación o entierro, continúa prevaleciendo en el 85% de los casos. “Es algo que va con las ideas de cada generación”, nos señala Javier López, gerente de Servicios Funerarios Conquenses. La institución es la referencia en la capital conquense desde hace décadas, un estatus ganado por calidad, trabajo, trato y cercanía con los conquenses. “En este trabajo, nosotros hacemos de todo, lo importante es que los familiares se les moleste lo menos posible, acompañarlos en su duelo, darle todas las facilidades”, nos comenta Javier.
En este sentido, la profesionalidad de los servicios funerarios es algo que marca la diferencia en instantes tan difíciles en los que se afronta la pérdida de un ser querido, un momento en el que el tanatorio se ocupa por completo de la tramitación y documentación que es necesaria tras el fallecimiento, además de los gastos extra de incluir el precio del entierro, la lápida, la parroquia o las flores.
Estas facilidades abarcan un amplio abanico de detalles con los que honrar la memoria de los que nos dejan. Desde los ramos y coronas tradicionales hasta incluso los aspectos más cuidados debido al avance de los tiempos. Ataúdes ecológicos, no contaminantes, sin barnices industriales, pulseras con un pequeño compartimento para llevar las cenizas de un ser querido y mil y una alternativas. “Todo va cambiando con los tiempos, y nosotros hemos sabido adaptarnos a cada una de las necesidades de las familias”, señala López.
Pese a que los tiempos cambian, no lo hacen la forma ni la cercanía que mantiene esta empresa con sus clientes. Un trato cercano, familiar, pendiente de cualquier petición y realizando un apoyo en instantes difíciles. La característica de Cuenca, hace que el ritual de acompañar a un ser querido hasta su final se mantenga con una devoción y respeto que no se ve en las grandes ciudades, es una de las cuestiones que en este aspecto más se valoran.
REDUCCIÓN DEL IVA
En cuanto al sector, Javier nos comenta una demanda que lleva ya varios años siendo como necesaria. Los servicios del tanatorio tributan a un 21% de IVA, un impuesto que este gerente cree excesivo, “pues el hecho de fallecer y darle un reposo honroso a una persona es algo necesario, de primera necesidad, por lo que debería de tener un impuesto menor”. En Cuenca, un entierro medio con todos los servicios tienen un coste de unos 2.500 euros, lejos del coste que el mismo servicio puede tener en ciudades como Barcelona, la más cara de España, en la que el servicio tiene un coste alrededor de los 6.000 euros. Sin embargo, las posibilidades varían en función de las peticiones. “Nosotros ofrecemos servicios muy amplios, adaptándonos a las necesidades de cada familia. Son momentos muy complicados, por eso, sabemos ayudar a la familia y aconsejarles de la mejor manera posible”, confirman desde Servicios Funerarios Conquenses.