Este año hay que endulzar la vida y no pueden faltar los tradicionales productos del Día de Todos los Santos. Las pastelerías, ya preparadas para estos días y con los frigoríficos bien cargados de buñuelos y huesos de santo, encaran una de las campañas de ventas más importantes manteniendo, en términos generales, la misma producción que en años anteriores pese a la incertidumbre de ventas.
En la nueva Pastelería Casamayor 3.0 situada en la arteria central de Cuenca, la calle Carretería, llevan más de dos semanas preparando estos productos típicos puesto que el proceso para obtener el mazapan de los huesos de santo es largo y laborioso. Primero se debe moler la almendra, refinarla y obtener los canutillos dándoles forma gracias a moldes de madera. Despúes solo queda rellenarlos de yema y bañarlos con un glaseado. Se trata, por tanto, de un producto apto para intolerantes a la lactosa y personas celiacas.
Por el contrario, los buñuelos se producen casi día a día ya que hay que hacer la masa, freírla y colmarlos de nata, crema o chocolate. Estos tres son los sabores más demandados por los conquenses aunque desde este establecimiento ofrecen también otras muchas variedades como por ejemplo, crema de chocolate blanco, queso con frambruesa, praliné, naranja confitada con chocolate o tiramisú.
Obradores garantes de recetas tradicionales que cada año innovan de forma original porque “quien prueba los nuevos rellenos para los buñuelos repite”, asegura Peter Guba, gerente de Casamayor.
Además, para los más pequeños tienen galletas con motivos terroríficos propias de Halloween. Artículos que la gran mayoría compra en la tienda pero está claro que la pandemia ha cambiado los hábitos de consumo y hay quien prefiere recibir su pedido en casa para disfrutar en familia y recordar a los difuntos.
Además, este año la bajada del turismo a causa de las reestricciones de movilidad decretadas en Castilla- La Mancha y gran parte del territorio español es posible que puedan afectar a las ventas, por este motivo han mantenido la producción a pesar de contar con un nuevo punto de venta. “Hacer cálculos es complicado, hemos ajustado todo lo posible pero es cierto que ningún año sobra nada, sin embargo hemos preferido no arriesgar”.
En Casamayor no pierden el optimismo porque esperan que los conquenses respondan a pesar de tener que disfrutar de los productos en casa y en reuniones más pequeñas de lo habitual. Los clientes empezaron a llegar a inicios de semana y las ventas se han repartido pero el plato fuerte llegará desde este sábado y pondrán la guinda al pastel el domingo, día de la festividad.
Cada época tiene su dulce y los conquenses parece que han pillado con ganas estas exquisiteces que solo se pueden disfrutar una vez al año.