Pablo tiene 31 meses y desde hace dos no se separa de su tableta. Y no es para menos ya que este dispositivo, que cuenta con un software que lo convierte en un llamado comunicador dinámico, es su gran aliado para expresarse, más allá de las palabras, gracias al conjunto de pictogramas que alberga y que le permiten ‘hablar’ a través de la pantalla táctil. “Estamos encantados. Lo maneja muy bien. Por ejemplo, lo puede utilizar desde para pedirnos agua hasta para que lo llevemos a los columpios, entre otras muchas cosas”, cuenta su padre.
Este niño, aquejado de una cromosomopatía que le impide expresarse verbalmente, es uno de los seis usuarios del Servicio de Atención Temprana del Centro Base de Cuenca que han comenzado a usar los llamados comunicadores dinámicos, dispositivos de alta tecnología basados en un lenguaje natural asistido y diseñados para ayudar a expresarse a personas de todas las edades con problemas de comunicación.
Desde este servicio se organizaron varios talleres para enseñar a estos seis niños y a sus familias a manejar estos dispositivos y, en concreto, la aplicación Proloquo2Go, que solo funciona en el sistema operativo de Apple, aunque hay muchos más programas de este tipo.
“Los resultados están siendo muy buenos y las familias están muy satisfechas. Se eligió a estos niños por sus características dado que tienen una buena comprensión pero tienen problemas de expresión. ¿Para qué esperar a que sean algo mayores para usarlos? Hay que utilizarlos cuanto antes”, subraya Ana Ochando, logopeda que forma parte del Servicio de Atención Temprana del Centro Base de Cuenca, cuyo equipo lo completan un fisioterapeuta, un psicomotricista, un estimulador y un técnico de familias.
TOTAL DE FAMILIAS ATENDIDAS
En total, este servicio atiende a cerca de un centenar de familias con niños de hasta seis años que sufren discapacidad o riesgo de padecerla y que presentan dificultades evolutivas en su desarrollo.
En el caso de los usuarios de los comunicadores dinámicos, desde el servicio asesoran a las familias para conseguir el mejor rendimiento, analizando sus rutinas desplazándose también a sus casas y a sus centros educativos para adaptarse lo máximo posible a las características y circunstancias de cada niño, centrándose en sus fortalezas y observando su evolución. “No solo los padres tienen que conocerlo. Vamos a las escuelas infantiles para enseñarles cómo funcionan estos productos de ayuda técnica”, apunta.
El dispositivo, que es totalmente personalizable y se va adaptando a las necesidades del niño conforme este va creciendo, cubre todas las funciones del lenguaje. “No solo se pueden expresar peticiones del tipo ‘quiero tal cosa’. También permite socializar con iguales, compartir, contar, saber quién eres...”, precisa la logopeda, que destaca que es muy importante motivarlos para llegar más allá. “Aunque el niño no pida agua, tú se la vas a dar. Eso no les va a interesar tanto. El reto es que exprese más cosas”, añade esta profesional.
“Es emocionante ver a estos niños comunicarse. Las familias están muy contentas porque están empezando a descubrir cosas de sus hijos, como que les gustan los animales o que quieren ir a casa de los abuelos”, cuenta Ochando.
Este tipo de dispositivos ayudan a comunicarse a personas con dificultades de comunicación verbal, como pueden ser afectados por autismo, con síndrome de Down y parálisis cerebral, entre otros diagnósticos, pero también podrían utilizarse en otros colectivos como niños migrantes que no conocen aún el idioma de su país de destino, dado que están basados en pictogramas universales. Asimismo, también serviría para personas mayores con problemas.
Pero para que el niño pueda comunicarse con el mayor número de personas, es fundamental implicar también a todo el entorno, tanto a la familia extensiva como a los centros educativos. “Hay que ampliar el círculo pero el problema es que no se conocen estos dispositivos”, incide.
Por ello, además de las acciones formativas que desde el Servicio de Atención Temprana del Centro Base de Cuenca se organizaron con las familias, también se han desarrollado a lo largo del mes de abril otros talleres gratuitos para que también pudieran familiarizarse en el uso de estos dispositivos otras personas cercanas a estos niños como abuelos o tíos, así como personal de centros educativos.
Y estos talleres formativos han tenido una gran aceptación, habiéndose producido casi un centenar de descargas. “Los profesionales educativos son vectores que van a poder aplicar después esta información con más niños”, hace hincapié la logopeda.
Entre las ventajas de estos dispositivos, Ochando destaca su funcionalidad dado que el vocabulario que se utiliza es esencial, y su comodidad dado que se pueden trasladar a cualquier sitio aunque también puede descargarse el programa en un ordenador de sobremesa.
“ES TU VOZ”
No obstante, hace hincapié en que la tableta solo se utilice para la comunicación del niño para que este pueda identificarlo como su herramienta para expresarse. “Es tu voz y tiene que ir a todas partes contigo”, subraya.
Igualmente, también insiste en que los dispositivos empiecen a usarse lo antes posible. “Si desde Sanidad y Bienestar Social se está haciendo un gran esfuerzo para acelerar los diagnósticos, no tiene sentido retrasar la utilización de los comunicadores”, reclama.
Por su parte, la delegada provincial de Bienestar Social, Amelia López, resalta la importancia que tienen para los niños con dificultades para comunicarse estos cursos que llegan a otros miembros de la familia, al tiempo que destaca que estos dispositivos son muy útiles y motivadores para los pequeños.
Desde la Delegación de Bienestar también se plantean poner en marcha un sistema de préstamo de estos dispositivos para ayudar a familias más vulnerables dado el desembolso que deben hacer los hogares para hacerse con los comunicadores dinámicos: aunque depende del modelo, el iPad cuesta a partir de 400 euros, a lo que hay que sumar otros 300 del software.
La responsable del área recuerda que, con la pandemia, se hizo una inversión en tabletas tanto para usuarios de atención temprana como de la tercera edad y personas con discapacidad con el fin de potenciar las nuevas tecnologías. En este aspecto, Enrique de la Torre, director del Centro Base de Atención Temprana a personas con discapacidad, habla de que utilizan el programa informático Pangea, que aglutina a todo el personal y a las familias: “Nos permite ser más cercanos. Al niño se le observa mejor en su entorno”.
“En los colegios deberían conocer también los comunicadores dinámicos”
Pablo no verbaliza pero tiene mucho que decir. El niño, que sufre una cromosomopatía y cumplirá tres años en septiembre, maneja perfectamente desde febrero un comunicador dinámico. En su familia han aprendido también a usarlo, al igual que el personal de su escuela infantil. Pero su padre, Juan, pide ir más allá. “En todos los colegios deberían conocer estos dispositivos”, considera.
Por ello, valora los talleres formativos sobre el uso de estos comunicadores que se organizaron desde el Servicio de Atención Temprana del Centro Base de Cuenca para mostrar a otros miembros de la familia y a personal educativo cómo se manejan estos dispositivos.
Fue precisamente la logopeda de este servicio, Ana Ochando, quien recomendó a los padres de Pablo el uso de este dispositivo basado en pictogramas. “Estamos muy contentos con su respuesta. Le gusta pintar, los colores... Para pedir algunas cosas tiene que pasar varias pantallas y se acuerda de todo. Lo maneja mejor que yo”, asegura Juan. Además, el comunicador también tiene un efecto tranquilizador: “Aunque no nos vaya a decir nada, le relaja tenerlo al lado”.