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Educación

¿Tablet o libros de texto en papel?

El curso pasado el proyecto de libros digitales del Gobierno regional se llevó a cabo en el colegio público de Casablanca y este lo harán 11 centros de la provincia
¿Tablet o libros de texto en papel?
05/09/2018 - Gorka Díez

La idea del Gobierno regional es incrementar paulatinamente el número de colegios adheridos al programa Camenta consistente en sustituir los libros de texto de papel por tablets digitales.

Así, aunque el pasado curso fue un programa dirigido exclusivamente a alumnos de 3º y 5º de Primaria que se impartió en un único centro de la provincia, el de Casablanca, en el 2018/2019 se implantará en once, incluyendo tres de Secundaria. Una cantidad que es de prever que irá aumentando cada año. O no. Porque está por ver si los alumnos, incluidos sus padres y madres, quedan satisfechos con una experiencia de la que hasta la fecha tampoco se pueden extraer demasiadas conclusiones, al haber llegado a solo 315 alumnos de toda la región. A partir del próximo curso, con 4.000 escolares implicados, será otra cosa.

El Gobierno regional va a invertir el próximo curso en torno a un millón de euros para, entre otras cosas, adquirir tablets (aunque según los datos difundidos solo recibirán gratuitamente estos soportes 1.800 alumnos y 450 docentes) y 215 monitores interactivos digitales para el trabajo en grupo o instalar banda ancha y nuevas redes wifi en los centros.

El consejero de Educación, Ángel Felpeto, defiende que se trata de un sistema “económicamente sostenible” que se está implantando a petición voluntaria de los centros y en una nota elaborada por el Gobierno regional se destaca que va a permitir el uso de “ un amplio abanico de recursos digitales en las explicaciones que harán sin duda más ameno el aprendizaje”.

Pero lo cierto es que la implantación en todos los centros de este sistema tendría consecuencias económicas muy negativas para los libreros, pues en torno a un tercio de los ingresos de las 300 librerías de la región depende de la venta de libros de texto y quienes comercializan los digitales son las propias editoriales, que venden directamente las licencias de sus libros electrónicos a los centros educativos.

Efectos en los alumnos

Lo fundamental, no obstante, es la consecuencia que podría tener en el aprendizaje de los alumnos, pues algunos expertos cuestionan que la atención ante una pantalla electrónica pueda equipararse a la que se puede conseguir a través de un libro de papel.

Entre otras cosas, aunque admiten que existen motivos económicos y ecológicos para desechar el papel, los expertos en psicología del aprendizaje y la comprensión lectora advierten de que, al leer en una pantalla, la lectura del texto no es lineal, sino que los ojos saltan de un lugar a otro y priorizan ciertas partes de la información al haber más distractores, como los hiperenlaces que nos llevan de un lugar a otro, lo que fomenta la dispersión, la vista se fatiga más y cuesta un mayor esfuerzo tanto concentrarse como retener la información, sobre todo a medida que más extenso sea el texto.

Julián Saiz, presidente de la Asociación de Libreros y Papeleros de Cuenca, perteneciente a la CEOE-Cepyme Cuenca, que además de librero es trabajador social y psicólogo, tiene claro que la atención y la consiguiente comprensión lectora no puede ser la misma. “Con las tabletas los alumnos son más dados a distraerse, descargarse juegos… En el colegio El Carmen hubo hace un tiempo un proyecto de estudiar a través de ordenadores que a mitad de curso se tuvo que abandonar, porque no funcionaba. Y a nuestra librería (Lorca) han venido muchos padres y madres a mitad de curso para adquirir los libros de texto en formato papel porque sus hijos no terminaban de manejarse bien con las tablets, con problemas incluso para descargarse algunos documentos”, sostiene Saiz.

En el colegio público de Fuente del Oro, donde el proyecto se va a implantar en las dos clases de quinto de Primaria, hubo el pasado curso una recogida de firmas para oponerse al programa Carmenta. No obstante, el director del centro, Jesús Nielfa, subraya que acogerse al proyecto fue aprobado por mayoría absoluta en el claustro de profesores y por el Consejo Escolar. Y que incluso se convocó a los padres a una reunión en la que se expuso el proyecto y en la que la mayoría votó a favor: solo hubo seis que se opusieron.

Otro ejemplo que cita el presidente de los libreros es el de los estudiantes de Universidad u opositores, que en general son dados a imprimirse los temarios “y estudian a partir de ahí, subrayándolos”.

El hecho de que muchos niños, desde muy pequeños, asocien las pantallas a los juegos que se descargan desde el ordenador, la tablet o el móvil, invita también a desconfiar de una educación a través de pantallas, tan “llenas de estímulos inmediatos” frente a la mayor facilidad de concentrarse ante una página impresa.

Entiende Saiz que es importante que los alumnos aprendan las nuevas herramientas de comunicación por ejemplo en asignaturas como Tecnología, y que incluso alguna otra asignatura sí pudiera darse a través de tablets, pero no todas ni la gran mayoría. Mucho menos algunas de contenido en ocasiones denso como Literatura o Historia.

En lo económico, además, aunque es cierto que las licencias digitales pueden resultar en torno a un 50/40 por ciento más baratas que los libros de texto en papel, la tablet también tiene un coste.

Un reto para el docente

Enseñar en digital será además un reto con posibles inconvenientes para los docentes que tengan que impartir de esta manera sus asignaturas, 450 el próximo curso; maestros que tendrán que seguir unos cursos de formación impartidos por las propias editoriales para utilizar tanto estas tabletas como los monitores digitales, pues, entre otras cosas, a través de estos dispositivos tendrán que controlar el trabajo de cada escolar y corregir sus ejercicios.