El sonido marcial de la Semana Santa
Es casi la seña de identidad de la Semana Santa conquense musicalmente hablando. Abre cada desfile procesional, salvo el Camino del Calvario, y además participa en otra serie de eventos durante la cuaresma.
Se trata de la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, una banda creada en el año 2005 pero no fue hasta 2006 cuando desfiló por primera ver por el empedrado de la ciudad.
Ya desde primera hora del Domingo de Ramos los redobles de los tambores y los sonidos de las trompetas comienzan a inundar con una sonoridad perfecta todos los rincones del Casco, del centro urbano, de los barrios aledaños hasta donde el viento transporta todas sus notas musicales.
Un sonido marcial que, aunque lo escuchemos de maravilla, lleva horas y horas de ensayo y muchas tardes sacrificadas en pro de elevar a arte este sonido tan integrado en la Semana Santa de la ciudad.
Bien lo sabe Javier Poyatos, director desde el año 2015 de esta banda que ya está ensayando a pleno rendimiento.
TRABAJO
Pero, ¿cuándo empieza todo este ingente trabajo? Poyatos explica que, hasta el año pasado, el trabajo comenzaba ya en el mes de octubre, con un par de ensayos semanales hasta Navidad. Ahí se hacía un parón de entre 12 y 13 días por motivo de las fechas más señaladas y, ya en enero, arrancaban de forma más dedicada los ensayos con cuatro días a la semana.
Siempre de 20:00 a 22:00 horas, la nave que la Junta de Cofradías tiene en el polígono Campsa hace las veces de anfitriona, así como las diferentes calles de la zona industrial, que poco a poco van viendo cómo la sonoridad del conjunto de la banda va siendo día a día mejor y donde se engrana ese desfile sobrio, pero tan elegante que cada año ofrecen estos nazarenos.
Pero con este modelo de ensayos, se encontraban con un problema. Cuando se hacía el parón de dos semanas por las fiestas navideñas, a la vuelta toda la embocadura que los trompetistas habían conseguido ya se había perdido y había que volver a empezar casi desde cero.
Por esto, este año los ensayos arrancaron directamente toda vez que los ornamentos navideños volvieron a sus cajas, ensayando directamente de lunes a jueves y “machacando el tema directamente”. Una nueva metodología de ensayo con la que nota Poyatos, los integrantes se han cansado menos.
Además, ha supuesto un plus de motivación para los integrantes, porque de esta forma, de venir 15 personas a los ensayos han conseguido estar hasta 35 de forma simultánea, por lo que todo suena mejor y la gente se ha motivado mucho más.
De este modo, Poyatos sostiene que de cara a los desfiles de 2023 “hay muchas ganas, quizás las mismas o más que el año pasado, y se han incorporado instrumentos nuevos, así como muchos integrantes por primera vez.
Unos integrantes que han llegado este año hasta los 53 años. El más mayor es el propio Poyatos, quien va a cumplir los 47 años, y el más benjamín tiene tan solo 13 años. Aunque no hay una edad mínima para integrarse, el director de la banda sí que recomienda que sea a partir de los 16 años por el tema del tallaje de los trajes.
Para ser un miembro de la Banda no hace falta experiencia previa, ya que la mayoría de sus integrantes no saben de música, porque se toca casi de oído. “Con todo el tiempo que se está ensayando, acabas cogiendo el oído de todas las composiciones”, subraya Poyatos.
PARTE “SACRIFICADA”
En resumen, se trata de entre 60 y 70 ensayos anuales para que esta banda de trompetas y tambores de la Junta de Cofradías brille año tras año, lo que se resume en torno a 130 horas de trabajo.
Un tiempo que implica parte de “sacrificio” donde hay mucho que hacer y donde se tiene que ir motivando año a año a los miembros. Y es que, en los ensayos están más que presentes el frío, la constancia durante los cuatro días a la semana que hay que ensayar, así como otras circunstancias que, por otro lado, sirven para ir curtiéndose en las gélidas noches nazarenas.
Por eso, Poyatos quiere remarcar el esfuerzo que lleva a cabo cada integrante en pro de una Banda de Trompetas y Tambores que ya se ha convertido en una de las señas de identidad de nuestra Semana Santa.
“Ahora sí que tenemos más reconocimientos que antiguamente”, explica el director. Aunque la marcialidad y serenidad que lleva sí viene heredado de la banda de la Guardia Civil que había previa a la constitución de esta, musicalmente “ha cambiado mucho”.
Así, cree que de ese modo también se ha elevado el reconocimiento que hay a nivel local en la ciudad hacia la Banda de Trompetas y Tambores de la Semana Santa de Cuenca.