La Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (vulgo del Puente) celebra esta semana los tradicionales cultos del mes de septiembre a su titular, la Virgen de la Soledad del Puente, siendo los primeros que se podrán desarrollar “con una cierta normalidad”, lo cual “es motivo de alegría” aunque siempre “respetando todas las medidas de seguridad y precauciones por la pandemia”, precisa el secretario de la hermandad, Luis Ángel Martínez Domingo.
Junto con los cultos, la Hermandad recupera los actos de homenaje y reconocimiento aplazados a causa de las restricciones por la pandemia. Tanto los actos como los cultos tendrán lugar en la parroquia de la Virgen de la Luz, en la que la hermandad tiene su sede canónica. Comienzan con el Triduo, que se celebrará los días 9, 10 y 11 de septiembre a las 19:00 horas.
La función religiosa está prevista para las 12:00 horas del domingo 12 de septiembre y será oficiada por el consiliario de la hermandad, Ángel García Benedicto. Cerrará los cultos la misa de difuntos, que se celebrará a las 19:30 horas del lunes 13. El cuarteto de cuerda que colabora habitualmente con la hermandad acompañará musicalmente los cultos.
En cuanto a los actos, el secretario de la Hermandad explica que son tres, que se celebran en días diferentes “para garantizar la seguridad, distancia y aforo permitidos” y que están previstos al término de la Eucaristía. Estos actos se desarrollarán “en familia” y cumpliendo con las medidas de aforo y distancia social previstas en las parroquias de Cuenca.
Los actos comienzan con el reconocimiento a los colaboradores en la creación del Paso infantil, que será el jueves 9 de septiembre al término de la misa. El viernes 10 se entregarán las medallas a los pequeños nacidos en la hermandad en 2020, mientras que el sábado 11 será el turno de los de 2021, también al final de la Eucaristía. Y finalmente, el domingo 12 se hará un homenaje a los cinco hermanos y hermanas más antiguos, tras la función.
Desde la hermandad esperan que estos cultos sean el punto de partida para recuperar en la medida de lo posible la normalidad en la actividad nazarena.
