El tiempo, que durante toda la semana ha dejado abundantes lluvias en la capital y en la provincia, ha mejorado justo este jueves para que, gracias a un día muy soleado y con temperaturas no excesivamente frías, el cementerio municipal pudiera lucir en todo su esplendor en su fecha más importante del año, la festividad de Todos los Santos, durante cuya jornada cientos de conquenses están acudiendo a depositar flores (crisantemos, claveles, gladiolos, rosas, ericas, brezos) ante la la tumba de sus seres queridos.
El cementerio se ha convertido así en un ir y venir de personas (padres y madres con hijos, abuelos y nietos, parejas y grupos de amigos) que muestran la fidelidad que los conquenes guardan a sus muertos y han transformado el campo santo en un lugar lleno de sentimiento y color, de recuerdo y orgullo por lo que nuestros antepasados fueron, significaron y siguen significando para cada uno de nosotros.
Como es habitual, eso sí, la explanada de aparcamiento del cementerio se ha quedado pequeña para acoger a toda la multitud que se deplaza hasta el campo santo en coche, aunque conviene recordar que el Ayuntamiento mantiene el refuerzo de los autobuses al cementerio que se inició el pasado fin de semana.