El sistema de lectores de matrícula para controlar el acceso rodado al Casco Antiguo sigue su curso a pesar de la oposición de los vecinos y los hosteleros de la zona.
Según informaba esta semana el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, las obras para instalar los cables y postes, los carteles anunciadores y las cámaras, que acumulan cierto retraso como consecuencia de las lluvias caídas en las últimas semanas, están ya en su “fase final”, de modo que se espera que próximamente el sistema pueda ponerse en marcha, en principio “a modo de pruebas”, aunque cuando esté todo listo “se anunciará”.
Hay que recordar que el sistema de lectores permitirá la circulación de vehículos por el Casco pero un máximo de treinta minutos salvo en el caso de los vecinos acreditados, que no tendrán ningún límite. El acceso se controlará desde las cámaras que se están instalando en la Puerta de Valencia, puente de la Trinidad y Casas Colgadas hasta el arco de Bezudo, quedando fuera del control el barrio del Castillo. Tampoco se contabilizará el tiempo de quienes estacionen sus vehículos en los aparcamientos de pago de Mangana y San Pedro.
Quienes se demoren más de lo permitido podrán ser sancionados con multas de hasta 100 euros, a las que se podrían añadir otra de 200 euros en el caso de que estacionen su vehículo y otros 200 si circulan a más de 30 kilómetros por hora.
Desde la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo se critica que el sistema no haya sido consensuado ni con ellos ni con los empresarios de la zona. Denuncian, además, que vaya a suponer un impedimento para los familiares y amigos que les visiten, que los vecinos del barrio del Castillo no se puedan acreditar como residentes o que la plaza de Ronda se vaya a quedar sin ninguna plaza para coches (sí las habrá para motos).
También, advierten de que al menos una treintena de conquenses residentes en la parte baja pero con vivienda en el Casco se han empadronado en esta zona declarada Patrimonio de la Humanidad para poder acceder a esta acreditación.
En paralelo a esta instalación, el Ayuntamiento ha empezado a pintar esta semana de color verde las plazas, en torno a 200, donde a partir de ahora solo podrán estacionar los residentes con acreditación. Se reservan asimismo algunas plazas para personas con discapacidad y se están pintando también zonas para la carga y descarga.