El próximo invierno será, en principio, el último en el que los sindicatos CCOO y UGT permanecerán en el edificio de la calle Cardenal Gil de Albornoz tras más de una década ansiando un cambio de ubicación como consecuencia del deteriorado estado en que se encuentra el inmueble, propiedad del Ministerio de Trabajo.
En CCOO, calculan que en el primer trimestre de 2020 se pueda producir su traslado al edificio elegido para su futura sede, el antiguo Instituto de Desarrollo Comunitario de la calle Ercávica, en el barrio de La Paz. El expediente para la compra de este local por parte del Ministerio ya ha recibido el visto bueno de su comisión permanente en una reunión mantenida el pasado 21 de noviembre y ahora es de prever que tenga lugar su aprobación definitiva en un nuevo encuentro acordado para el 3 de diciembre.
En UGT, al haber elegido algo más tarde su nueva ubicación, las antiguas oficinas de la constructora Dalpha en el parque del Huécar, el traslado va con más retraso, pero confían en que pueda hacerse realidad en el segundo trimestre de 2020.
Los secretarios generales de ambas organizaciones insisten en que abandonar el edificio actual es una necesidad dados sus numerosos problemas, que atentan contra la prevención de riesgos laborales, entre ellos episodios de goteras, humedades o moho, a lo que hay que sumar el mal funcionamiento de la caldera, que gasta abundante gasoil sin que el edificio se caliente. “En invierno hay días que hace más calor en la calle que aquí”, apunta su secretaria general, María José Mesas.
Hay que recordar que el deterioro del edificio llevó a la CEOE-Cepyme a abandonarlo en enero de 2013, cuando se trasladó a unas oficinas alquiladas en Reyes Católicos, y que poco más tarde se marcharía también la Agrupación Provincial de Hostelería, en la actualidad en el Centro de Visitantes.
El Ayuntamiento acordó con el Ministerio de Empleo en 2007 quedarse con el edificio de los agentes sociales a cambio de construir para ellos tres nuevos inmuebles en el entorno de la Ronda Oeste pero dichos inmuebles se quedaron a medias, con las obras paralizadas desde 2010, de modo que el acuerdo expiró sin cumplirse y recientemente el Ministerio del Interior se quedó con los dos edificios a medio construir que en un principio iban a destinarse a CCOO y UGT para construir la nueva sede de la Policía Nacional.
