Los vecinos del Casco Antiguo de Cuenca celebraron la pasada semana una nueva asamblea en la que volvió a quedar de manifiesto su descontento, al menos parcial, con el sistema de lectores de matrícula para controlar el acceso al Casco puesto en marcha por el Ayuntamiento el pasado 1 de julio, y por el que el alcalde de la ciudad, Ángel Mariscal, aseguraba recientemente haber recibido felicitaciones.
Una de sus mayores preocupaciones está en la falta de aparcamiento, que ya han empezado a sufrir en sus propias carnes.
“Salvo que tengas suerte y llegues cuando se va un coche, tienes que subir hasta el barrio del Castillo, lo que puede suponer una caminata de unos diez o veinte minutos, dependiendo de donde vivas”, advierte el presidente de los vecinos, Gerardo Rubio.
El hecho de que de las en torno a 300 plazas de aparcamiento en zona verde previstas inicialmente se pasara, en una segunda fase, a 210 para, al final, quedarse en solo 170, cuando las acreditaciones para aparcar rondan las 600, no ha sido bien recibido por los vecinos, que entienden que es bueno que los aparcamientos se hayan regulado pero consideran que antes había muchas más zonas para aparcar “sin molestar a otros vehículos ni a la circulación”.
Lamentan, por ejemplo, que en la calle Retiro se haya pasado de una veintena de posibles plazas de aparcamiento a apenas media docena, que en la plaza de Ronda ya solo puedan aparcar motos, que en San Martín todavía no se haya pintado ninguna plaza o que el derribo de un edificio en El Salvador ha provocado la supresión de tres o cuatro plazas.
Eso sí, el equipo de gobierno está estudiando la posibilidad de pintar alguna plaza más siguiendo las instrucciones de un informe de la Policía Local con el fin de garantizar la normalidad en el tránsito de vehículos y peatones y la entrada y salida de vehículos de emergencia.
carga y descarga
Los vecinos entienden además que se deberían habilitar algunas plazas de carga y descarga para residentes, algo que en la actualidad solo existe para las empresas distribuidoras. “Necesitamos plazas para poder aparcar un par de minutos y dejar las bolsas de la compra sin que nos multen, porque el hecho de que el coche de la ORA esté circulando por el Casco y multe a quien aparca un momento en una zona no establecida para ello genera mucha incertidumbre y nerviosismo”.
Esas plazas también son muy necesarias, señala, para quienes necesiten acudir al Casco Antiguo para cuestiones como dejar a sus hijos con los abuelos o recoger a familiares o amigos.
APLICACIÓN MÓVIL
Los vecinos se muestran asimismo a favor de la puesta en marcha de una aplicación informática, accesible a través del ordenador y del móvil, para que cualquier vecino no acreditado pueda solicitar permiso para circular en determinados momentos sin que se le contabilice el tiempo de permanencia, establecido en un máximo de 30 minutos entre el Puente de la Trinidad y el arco de Bezudo.
También, creen que deberían pintarse plazas de aparcamiento para personas con discapacidad no residentes. “Ahora mismo si alguna persona con problemas de movilidad quiere venir a una actuación de Veranos en Cuenca, no puede”, sostiene Rubio.
Denuncian también la “falta de transparencia y de información clara” en torno a los criterios que se han seguido para conceder las credenciales para la zona verde.