El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil no ha podido determinar quién ha sido el autor o autores de los vertidos de origen sanitario que aparecieron en la ribera del río Júcar, a su paso por la capital conquense, la pasada primavera.
Así lo señala el informe remitido al Ayuntamiento de Cuenca, y que fue leído, parcialmente, en el último pleno municipal por la edil socialista del equipo de gobierno Nelia Valverde.
Según señaló Valverde a cuenta de las conclusiones de esas investigaciones, el origen del material sanitario aparecido remite al Hospital “Virgen de la Luz” y a los institutos de Educación Secundaria Hervás y Panduro y Fernando Zóbel.
Sin embargo, las averiguaciones no pueden identificar al autor o autores del mismo, pero sí que fueron arrojados “de forma accidental o intencionada” al alcantarillado municipal.
La pasada primavera los colectivos Limpiando Cuenca y Ecologistas en Acción denunciaron la aparición de cientos de electrodos y material sanitario en la ribera, como jeringuillas, batas, gasas o compresas, que quedaron al descubierto tras las lluvias.
El informe también precisa que el punto concreto donde aparecieron los residuos es “antes” de la unión de la red de saneamiento de la zona con el colector, por lo que se descarta que el origen sea otro diferente a ese.
La investigación también aporta que, tanto el centro sanitario como los IES, acreditaron la gestión de sus residuos.
En su momento, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) señaló que dispone de “contenedores específicos para los residuos de material sanitario que una empresa externa recoge periódicamente”.
“No se tira nada a la red general, existen protocolos establecidos al respecto”, agregaron.
La zona donde aparecieron los residuos es muy frecuentada por los conquenses.