Natalia Verdú es una conquense que trabaja en el servicio de ambulancias de Barcelona. Hablamos con ella para saber cómo es la situación en otras zonas del país en la lucha contra el coronavirus. En la Ciudad Condal con una población de más de 5 millones de personas, las preocupaciones no varían en demasía de lo que puede haber en otros lugares en la situación de 'estado de alarma'.
"Creo que en este momento, la prevención es la mejor herramienta, pero es complicado. Aquí en Barcelona sí son estrictos respecto a este funcionamiento porque en la medida de que presentas algún síntoma te mandan a casa, pero claro, los sanitarios, el personal de ambulancias, etc., también son personas y tienen a una familia con la que contactan cuando vuelven a sus casas, pudiendo propagar el virus sin saberlo", explica Natalia.
Hasta ahora, esta conquense señala que la situación se está llevando "con relativa normalidad, si bien cada vez hay más casos" en la capital condal, "las patrullas salen mucho y controlan que la gente cumpla con el confinamiento, los centros de salud y urgencias ya no están colapsados como hace días, pero se están instalando cada vez más camas, la gente ha entendido que estos sitios pueden ser focos de contagio ante una visita simplemente para realizar una prueba. Ahora la gente llama, mucho, pero la mayoría de veces es para pedir información, por eso los teléfonos suelen estar saturados".
En esta batalla que se está librando, y siguiendo esa premisa de prevención, lo que más preocupa en el ámbito sanitario es la posible falta de recursos. "Cada vez nos vamos quedando con menos suministros, hemos tenido que reutilizar mascarillas, hay pocos trajes, es algo que preocupa y cuando hablas con compañeros de otras comunidades ver que es incluso peor, porque hay compañeros que sólo tienen un par de guantes y mascarillas. Nosotros por suerte vamos con traje, mascarilla, guantes y una visera especial, pero vuelvo al hecho de lo que supone estar en contacto directo con posibles positivos, aquí si hemos estado en contacto con una persona que ha dado positivo, te mandan a casa y te hacen la prueba en 2-3 días".
La carga de trabajo es un goteo constante como nos cuenta incluso a pesar de que las salidas de las ambulancias se están restringiendo a casos con síntomas importantes. "Estamos acudiendo a unos 2 o 3 avisos, si partimos de la base de que hay unas 40 ó 50 de ambulancias operativas en Barcelona capital por cada turno de doce horas, echa cuentas. Antes de que señalaran el estado de alarma teníamos muchos avisos de personas mayores con problemas respiratorios y fiebre, pero claro ten en cuenta que también aún hay mucha gripe. Es ese desconocimiento lo que asusta, hablamos de que la gripe mata unas 60.000 personas al año, pero no crea esta alarma porque hay una vacuna, no así con el Coronavirus, esa es la diferencia.", explica. Sin embargo, advierte que se preparan para lo peor. "Aquí se han instalado camas por todas partes, da la sensación como si fuésemos a entrar en guerra, se espera una oleada de casos y no parece que se esté frenando. Los accesos cada vez se restringen más, ya ni se permiten entrar a familiares o acompañantes y no sólo se ingresan a personas mayores sino también a jóvenes sin ninguna patología".
A medida que pasan los días, Natalia señala que lo más importante es "que se cumplan a rajatabla las normas de confinamiento y mantengamos la calma, porque esto va para largo. Hay que ser conscientes de que el hecho de que nos quedemos en casa es beneficio para que el sector sanitario pueda hacer frente a los infectados y enfermos, pero también es esencial que se dé prioridad a los profesionales que estamos trabajando en ello, como más prevención, recursos, personal y pruebas".
Al igual que Natalia, son muchas las personas que se siguen dejando el alma dia y noche para luchar contra esta pandemia que nos azota. Por ello y para ayudarles, además de rendirles homenaje diariamente en los balcones mediante apalusos y vítores, es esencial que cumplamos las directrices de quedarnos en casa para que así se pueda volver a la normalidad cuanto antes.