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Semana Santa 2018

Semana Santa se escribe con "s" de solidaridad

La crisis de 2008 potenció todavía más el carácter asistencial de la comunidad nazarena, generando una deriva solidaria que, a día de hoy, mueve a miles de personas en la ciudad
Semana Santa se escribe con "s" de solidaridad
Rastrillo nazareno. Foto: Saúl García
02/04/2018 - Berta López

Entre los fines constitucionales tanto de la Junta de Cofradías como de las hermandades de la Pasión en Cuenca está el asistencial. La acción social y solidaria es, en la Semana Santa de Cuenca, una de sus principales señas de identidad. Si las hermandades siempre habían contribuido a la mejora de la situación vital de personas en riesgo o exclusión social, la crisis de 2008 potenció todavía más el carácter asistencial de la comunidad nazarena, generando una deriva solidaria que, a día de hoy, mueve a miles de personas en la ciudad. Es la cara más humana – y necesaria – de la Semana Santa.

“En los Estatutos de la Junta de Cofradías y de las hermandades se consigna una cantidad económica anual destinada a acciones asistenciales y solidarias” explica el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea. En la institución nazarena, el presupuesto anual destinado a acciones asistenciales es del 2%. Esto supone que en 2017 se destinarán 4.300 euros por parte de la JdC, sin contar con lo que destina cada hermandad de forma particular. Además este año y “aprovechando el superávit que tenemos en la institución, hemos decidido potenciar el fin asistencial” adelanta el presidente. Por eso, tras la Semana Santa “se estudiarán diversos proyectos de cooperación, que contarán con financiación de la Junta de Cofradías” y que se suman al porcentaje fijo definido en los Estatutos. “En la institución creemos que debemos ayudar al prójimo y así lo hacemos. Forma parte de nuestra esencia y de nuestra fe” afirma Sánchez Albendea.

La JdC lleva 7 años colaborando con Manos Unidas a través de la iniciativa del Rastrillo Nazareno

Ciudad nazarena, ciudad solidaria

Independientemente del montante económico, todas las hermandades de la Semana Santa de Cuenca realizan acciones solidarias a lo largo del año, con especial incidencia en fechas como Navidad o Semana Santa. Así, se programan recogidas de alimentos, de juguetes, de material escolar, de pañales, de productos para recién nacidos… Recursos que luego son canalizados a través de las diferentes Cáritas parroquiales, de Cáritas Diocesana y de otras ONGs presentes en la ciudad. La proliferación de grupos jóvenes entre las hermandades también ha contribuido a potenciar y dinamizar las acciones solidarias. Como muestra, el de la V. H. de Ntra. Sra. de la Soledad (vulgo de San Agustín) y sus colectas de alimentos para el programa de Desayunos Solidarios o el Concierto Benéfico de Navidad “Un Niño, Una Sonrisa” organizado por la Hermandad a través de su Escolanía, iniciativa que lleva ocho ediciones colaborando con ONGs y proyectos de ayuda a niños.

“La JdC, por ejemplo, lleva siete años colaborando con Manos Unidas de Cuenca a través de la iniciativa del Rastrillo Nazareno” cuenta Sánchez Albendea. Se trata de una iniciativa que se celebra en Cuaresma (este año y debido al éxito de ediciones anteriores se ha ampliado a dos fines de semana, pues solía ser solo uno), en el Museo de Semana Santa y para la que “muchas hermandades donan piezas, material audiovisual, libros… para la venta. La recaudación es para proyectos solidarios de Manos Unidas” detalla el presidente de la Junta de Cofradías.

En Navidad, la Ruta de los Belenes está plagada de acciones solidarias, tanto de las hermandades participantes como de la propia JdC, que lleva tres años celebrando en el Museo de Semana Santa el Mercado Navideño de Dulces de Convento. Participan tres conventos de Cuenca y provincia y en la última edición se ha incorporado la parroquia del Cristo del Amparo. “Todo lo recaudado se destina al sostenimiento de los conventos y, en el caso del Cristo del Amparo, a su obra social, que es muy amplia” recuerda Sánchez Albendea.

Algunas hermandades, como la del Huerto de San Esteban, llevan la cooperación más allá de nuestras fronteras, con acciones como el apadrinamiento de niños de países en subdesarrollo. Es el caso, por ejemplo, de la V. H. de Ntro. Padre Jesús orando en el Huerto de San Esteban, colaboradora además con la Asociación Cité Soleil, que trabaja fundamentalmente en Haití y hace una importante labor, sobre todo tras el tsunami de hace unos años. Otras hermandades cuentan con becas de estudios y formación para jóvenes de familias con pocos recursos.

Pequeños gestos que forman parte de algo grande: una ciudad nazarena de corazón solidario.