Convertir el Casco Antiguo en un lugar más habitable, sobre todo para los vecinos pero también para los visitantes, conquenses y turistas, reduciendo en lo posible la circulación de vehículos privados, es el principal objetivo que persigue el denominado sistema de regulación automática de acceso al Casco Antiguo, cuyos lectores de matrícula para el control del tráfico han empezado a instalarse esta semana y se espera que puedan estaroperativos en el plazo de un mes, durante las primeras cuatro semanas a modo de pruebas.
Con el nuevo sistema, que tiene un presupuesto de 130.000 euros, los vecinos y el transporte público, taxis incluidos, además de las motocicletas, serán los únicos que puedan acceder al Casco Antiguo sin límite de tiempo y estacionar, en el caso de los primeros, en las entorno a 240 plazas al aire libre que se van a pintar de verde y que solo ellos podrán utilizar, mientras que se reservarán una serie de plazas para motos en la plaza de Ronda, donde no podrá aparcar ningún otro tipo de vehículo.
Los vehículos de carga y descarga tampoco tendrán un límite de tiempo pero solo podrán acceder en el horario regulado para esta práctica, de 7:00 a 11:00 horas.
El resto, tendrá un máximo de 30 minutos para circular entre el puente de la Trinidad, la Puerta de Valencia o la bajada de las Casas Colgadas y el Arco de Bezudo, lugares donde se están instalando las primeras cuatro cámaras, aunque la idea es añadir una quinta en la Plaza Mayor, todavía pendiente del visto bueno de Patrimonio. El tiempo de circulación por el Casco no se contabilizará dentro de los aparcamientos de Mangana y San Pedro, que se quieren potenciar. De este modo, el único sitio donde los no residentes podrán aparcar sin pagar será en el barrio del Castillo.
A través de una nueva aplicación para móviles se informará además de las plazas de aparcamiento libres para no residentes, las cuales podrán incluso reservarse a través del teléfono, de forma que el interesado en subir al Casco sabrá si merece la pena hacerlo en coche o no. En casos de aglomeración de vehículos, las cuales se producen sobre todo en fines de semana y puentes festivos, no se descarta desviar el tráfico por la ruta turística.
En el equipo municipal, el concejal de Movilidad, Carlos Navarro, asegura que este sistema no busca el “efecto sancionador”, pero sí habrá sanciones importantes para impedir que los vehículos no autorizados estacionen en plazas no habilitadas para ellos o se demoren más de la cuenta dentro del tramo de Casco Antiguo vigilado. Y para todos los que circulen a más de 30 kilómetros por hora, pues las cámaras también podrán vigilar la velocidad de los coches.
La sanción será de 200 euros por sobrepasar dicho tiempo. Y en el caso de que un vehículo sobrepase el tiempo como consecuencia de haber permanecido más de media hora estacionado en un lugar no habilitado para ello tendrá doble sanción, de 200 euros por cada una de las irregularidades, 400 euros que podrán no obstante quedarse en la mitad si se paga a los pocos días.
Las personas con discapacidad y la correspondiente tarjeta sí podrán estacionar en una plaza reservada en Obispo Valero, pero en principio solo habrá cabida para un coche y es necesario contar con autorización para estacionar previa petición vía informática o telefónica.
Hacia un Casco con menos ruido
El alcalde, Ángel Mariscal, hace hincapié en que el objetivo es “dar prioridad al transporte público”, que lamenta que en la actualidad apenas alcance el 40 por ciento de ocupación, y a “lo que es mejor para la salud”, como andar o desplazarse en bicicleta, reduciendo a su vez los ruidos y la contaminación.
Este sistema, subrayan tanto Mariscal como Navarro, ya está implantado con éxito en prácticamente todas las ciudades Patrimonio de la Humanidad y capitales de provincia, de ahí que, aunque reconocen que existe cierto “temor y desconfianza” por lo que pueda ocurrir en sectores como el hostelero, están convencidos de que será bien aceptado una vez que lleve un tiempo en marcha y la gente se acostumbre.
“La polémica se da porque es algo nuevo y desconocido. Pero, en cuanto empiece a funcionar, los temores se convertirán en beneficio para todos, sobre todo de los residentes”, aseguran.
Consideran además que su puesta en marcha, en la que se empezó a trabajar en noviembre de 2015, ha implicado un proceso “largo pero que ha merecido la pena”, un proceso además “participativo, transparente, en el que todos los colectivos que han querido, como hosteleros o repartidores, han podido dar su opinión”, dice el alcalde, quien no obstante reconoce que se desestimaron la mayor parte de las 100 alegaciones presentadas “porque no estaban relacionadas” con el sistema sino que fundamentalmente “querían más autobuses”. Destaca no obstante que tras escuchar las alegaciones se decidió aumentar el límite de tiempo para transitar por el Casco 20 a 30 minutos.
Para informar a la ciudadanía sobre este nuevo sistema el Ayuntamiento tiene previsto poner en marcha una campaña especial en los medios de comunicación a partir del 26 de febrero y se van a distribuir trípticos entre los vecinos.
