San Mateo ya está aquí. La mayor de las fiestas conquenses arrancó con el pregón de Luis Guijarro ‘El Tata’ en el balcón del Ayuntamiento de Cuenca conmemorando el inicio de los próximos tres días de jolgorio, pasodobles, peñas, zurra, vaquillas y demás elementos tradicionales que se centrarán en el Casco Histórico de la capital.
Antes del turno del pregonero, el historiador de Cuenca, Miguel Romero, calentó el ambiente con el ensalzamiento de tres palabras: Respeto, fiesta y tradición, con las que espera que los que disfruten de la fiesta cumplan con su deber para que sean días para el buen recuerdo. A continuación, llegó el turno del tradicional relevo del antiguo pregonero, Juan Carlos Aguilar, quien pasó a presentar a su sucesor, Luis Guijarro, describiéndolo como un "hombre honorable, de costumbres, y con el deber del buen servicio".
Acto seguido, Luis Guijarro 'El Tata' promulgó un discurso desde la humildad de su persona, alegando a su figura no como orador, sino como maromero, como pieza de un gigantesco engranaje que mueve la fiesta matea año tras año. Un texto emotivo, “desde el corazón” y acompañado por vítores cada ciertos momentos en los que Luis Guijarro volvía a tomar aire a sus 79 años para realizar una lectura tan retadora como la más brava de las vaquillas enmaromadas que conducirá un año más este San Mateo:
“Solicito permiso para hacer pregón a pesar de ser hombre de porra, silbato, maroma y no de escritos ni discursos, pero hoy quisiera que por mi boca hablar Cuenca y San Mateo, La Vaquilla, la Virgen del Sagrario y hasta San Julián del que fiesta hemos acabado, para pedir a todos alegría y respeto”
‘El Tata’ señaló el espíritu festivo de San Mateo como una celebración “sin condiciones, ni ideologías, sino unión, alegría, diversión y respeto de voluntades para compartir pendón y misa, cohete y pasodoble, desfile y pregón, tal y como dijo la reina Leonor, ¡qué así sea y vaca vea!”, promulgaba al público haciéndolo botar por toda la Plaza Mayor.
Palabras que han recorrido tanto su vida personal siendo “un sencillo conquense que dediqué mi tiempo profesional a la seguridad ciudadana sirviendo a los demás, a arbitrar algún que otro partido de fútbol y a coger la maroma con la destreza que pude aprender o recibir año tras año”; como su intrahistoria con la tradición, retrayendo al presente el himno a San Mateo por don Práxedes Delgado, el hilo temporal de las fiestas con vaquilla hasta su emplazamiento y situación actual en el Casco Antiguo, y el recuerdo, cómo no, de las primeras ‘Peñas Mateas’ “como la Peña Corinto, la de botes, Marisol, Pelusa, la Resaca, Comando Loco, el Rodeo y Susana”, pregonó Luis.
Continuos túneles temporales a través de las palabras de un emocionado ‘El Tata’ sirviendo a la memoria de personajes ilustres para esta fiesta: “muchos dejaron su huella y desde aquí me gustaría invocarles para que desde allá arriba nos cuiden y ayuden en que nadie pueda salir corneado, meado, cagado o pitufado”, señalaba con dificultad por la emoción del momento el pregonero destacando nombres como “Biribi o Chupito, los García, Yagüe o Jamú, a todos mi amyor admiración y recuerdo”.
HONOR A LA PROFESIÓN MAROMERA
No podía faltar el toque propio de un maromero pregonero en recordar y recomendar la buena actuación de todos en la suelta de vaquillas, para que sea “el hilo conductor de unas fiestas, las más sentidas y vividas por cada conquense, históricas y bellas. Debemos colaborar con cada uno de los que intentan que esos cuernos nunca dañen al corredor, al visitante, al amigo e incluso, al enemigo”, añadíó.
En esta labor histórica, Luis se acordó de compañeros como ‘El Roscao o Velasco barquillero’ ni de antiguos pregoneros, encargados de los animales y doctores que velan por el buen desarrollo de la fiesta, además de los maromeros que le acompañarán en esta nueva edición de San Mateo. Un recordatorio obligatorio según él “al ser por primera vez un maromero el que pregona”.
En su conclusión, agradeció el encargo de abrir las fiestas con sus palabras tanto a la corporación municipal como al concejal de festejos, Adrián Martínez, así como a sus familiares por el apoyo recibido:
“Mis disculpas si mis palabras no os han gustado lo suficiente, pero desde el corazón han salido, ahora un poco tocado. Palabras que me han emocionado y que espero que disfrutéis con alegría teniendo cuidado del revolcón, de cerveza, cubata o vaquilla. Espero no haber sido un pregonero ‘pesao’, pues maromero soy. Por ello, que se escuchen los pasodobles, que suelten las vacas con el permiso de la autoridad competente, que San Julián nos bendiga y San Mateo nos auxilie para que evitemos las ‘cornadas de cuerno y barra’”, promulgó el pregonero justo antes de pedir los vivas a San Mateo y Cuenca que significaron el comienzo de los tres días más fervorosos del año en la ciudad.
La ceremonia no estuvo exenta de apoyos institucionales, desde representantes del equipo de Gobierno municipal, oposición, Diputación de Cuenca, Junta de Comunidades y representates políticos no dejaron pasar la ocasión para presentar sus mejores deseos para los conquense durante estos tres días de fiesta.
Dario Dolz, alcalde de la Cuenca, aprovechó su intervención para pedir una vez más a los asistentes los vivas a San Mateo y a Cuenca y dar la orden de la suelta de vaquillas que se hizo cumplir tras los correspondientes pasodobles bajo los arcos del Ayuntamiento de Cuenca.
San Mateo y está aquí, ¡Viva San Mateo! ¡Viva Cuenca!