En el Altar del Transparente de la Catedral (SICB) de Cuenca se ha celebrado del 3 al 5 de septiembre el Tríduo en honor de San Julián, segundo obispo de la Diócesis y Patrón de Cuenca, oficiado por el director de la Seo conquense y capellán mayor, Miguel Ángel Albares, y organizado por la Archicofradía de San Julián, una de las cofradías más antiguas de la ciudad.
Este lunes día 5, que hasta el año 1963 era día feriado de las fiestas de San Julián, al finalizar la misa solemne, en la que Albares habló de los diez años de San Julián en la Diócesis de Cuenca –con firma de protocolos y valiosos documentos--, se celebró una procesión con la imagen de San Julián por el interior y claustro de la Catedral, que no se llevaba a cabo desde 2019, debido a la pandemia. El cortejo finalizó entonando por parte de los asistentes el Himno a San Julián “Henchidos de alegría / cantemos sin cesar: / ¡Gloria al Padre de Cuenca! / ¡Loor a San Julián!…”
La música del himno a San Julián fue compuesta por el organista Julián Ortiz Peña, natural de Villalba del Rey (1876-1931), que fue maestro de capilla de la Catedral de Orense, siendo obispo de aquella diócesis gallega el prelado Pascual Carrascosa, natural de Quintanar del Rey. Ortiz Peña volvió a Cuenca en 1904, tras la muerte de Carrascosa, y lo hizo como organista de la Catedral de Cuenca. El músico de Villalba del Rey realizó una gran labor de composición, tanto como organista catedralicio como profesor del Colegio de San José (actual Posada) donde estudiaban los “seises” de la Catedral.
La letra del himno de San Julián es de Pedro Cruz Ocaña, otra relevante personalidad de la cultura conquense, que coincidió en el periódico 'El Centro' y otras publicaciones, con Ortiz Peña.
El himno de San Julián fue compuesto entre 1925 y 1926, y el propio Ortiz Peña, autor de numerosas composiciones religiosas, hizo también el himno de la Virgen de la Luz, titulado “Luz que al caer de la tarde”.
