Primera hora de la mañana y decenas de niños y niñas se apelotonan en el vecindario del Siglo XXI, armados con casco, peto amarillo y sus bicicletas. Todos listos para realizar una travesía diferente, de un kilómetro y medio de recorrido aproximadamente, custodiados por la Policía Local, que les abre camino, y con línea de meta en su centro escolar.
Se trata de los alumnos del colegio Ciudad Encantada, que se ha sumado al proyecto STARS, el primero en la capital conquense y el segundo en la provincia tras el colegio Infanta Cristina de El Provencio. Este proyecto tiene como objetivo el cambiar la manera en la que los pequeños van al colegio, y en este centro conquense ya son casi unos expertos en la materia. “Comenzamos haciendo algunas pruebas el pasado año sin estar todavía presentes en la iniciativa y este año es cuando hemos empezado de manera oficial”, señala Javier Romero, director del colegio.
El funcionamiento es muy sencillo y planificado. Los pequeños reciben una serie de pautas y calendarios marcados en colores en los que se identifican qué días realizarán la travesía hasta el colegio andando – los días en color amarillo- o en bicicleta – en color azul-.
La medida pretende concienciar a los más jóvenes sobre hábitos de vida saludables y deportivos, así como inculcarles una autonomía y confianza a la hora de valerse por sí mismos, que se simbolizaría mediante la paulatina libertad de no depender de los días en los que se promueva esta actividad, sino trasladar estas rutas a pie o en bicicleta hasta el colegio de manera mucho más asidua.
“Es un objetivo muy ambicioso, dado que el respeto hacia los ciclistas es un tema complicado, más en ciudad, pero trabajamos para darles una seguridad a ellos y que una vez ahí, tengan la autonomía para realizar estas rutas para ir al colegio por sí solos, en bici, a pie o en patinete”, declara Romero.
"Es algo que los críos te piden a gritos, el que no lo hace, lo demanda”La aceptación por parte del público protagonista no puede ser mejor. “Es algo que los críos te piden a gritos. El que no lo hace, lo demanda y en el centro nos encontramos con el ‘bendito problema’ de que cada vez más alumnos quieren participar. El pasado viernes estuvimos los cursos de 4º y 6º, en torno a 50 niños, pero ya pensamos en hacerlo de forma escalonada para que todos participen”, añade el director del centro que remarca que su objetivo es que los escolares hagan uso de la bici no sólo en los días planificados si no también en actividades o excursiones extraescolares como, por ejemplo, en desplazamientos a los museos de la ciudad.
Los padres también han acogido de buena manera la iniciativa dando su autorización para que sus querubines pedaleen hacia el colegio. Esto hace que se combata la dantesca imagen que se repite en la ciudad en la hora de entrada y salida de los escolares con vehículos aparcados de cualquier manera, en doble fila o sobre la acera.
“En nuestro centro no hay grandes distancias que recorrer y hacerlo con el coche no es algo de gran necesidad, con esto pretendemos que se corte la calle Álvaro de Luna en estos días que realicemos la actividad, que no haya vehículos y sí seguridad y reducir el tráfico en la zona del Siglo XXI, el barrio de Las Quinientas y Samuel Ferrer”.
INICIATIVAS POR FIRMAR
Pese a que la iniciativa STAR ya se está llevando a cabo en el colegio, aún falta la firma del Ayuntamiento para oficializarlo. De esta manera se mantendría la presencia de la Policía Local en las rutas para hacerlas completamente seguras, la señalización de los desplazamientos mediante marcas viales y la instalación de aparcamientos de bicicleta en el colegio, ya que por el momento hay que dejar las bicis de los pequeños en lugares tan pintorescos como el cuarto de la caldera.
“Estamos a la espera de esa firma. Desde la DGT, institución que nos animó a inscribirnos en el proyecto, nos han informado que está sobre la mesa. Nosotros vamos a seguir haciendo estas actividades.
La idea es que tanto niños como padres formen parte de este proyecto que, además de los desplazamientos, cuenta con actividades como talleres de uso y reparación de bicicletas o charlas y sesiones de seguridad vial en colaboración con la Dirección General de Tráfico donde aprendan normas básicas de circulación”, suscribe Romero que advierte que la imaginación del profesorado no se detiene en el hecho de motivar a sus alumnos con futuras iniciativas.
“En diciembre realizaremos un desplazamiento vestidos todos de Papa Noel, pero también pensamos en potenciar el uso del transporte urbano con recorridos fotográficos por puntos clave de la ciudad o una vuelta ciclista a Cuenca por etapas que les anime aun más”. Toda una serie de ideas encaminadas a dar una seguridad y autonomía para alcanzar hábitos muy necesarios, saludables y menos contaminantes en las nuevas generaciones.
