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Bancos

Ruta por los bancos más bonitos de Cuenca

Miradores desde los que contemplar la belleza paisajística de Cuenca y vivir una experiencia visual que comienza en el Museo de Paleontología
Foto: Saúl García
01/03/2020 - Paula Montero

El Casco Antiguo de Cuenca, asomado a las hoces del río Huécar y Júcar, se alza sobre los escollos de las rocas. Plagado de construcciones antiguas con formas, alturas y fachadas de colores diferentes, se puede contemplar desde varios bancos de la ciudad. Un triángulo de miradores situados en puntos naturales elevados que aguardan para enseñar una panorámica espectacular del conjunto urbano, montañas y valles.

EL SEGUNDO BANCO MÁS BONITO DEL MUNDO

El más reciente se encuentra en el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, y ha sido inaugurado este lunes en presencia de la viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Muñoz; el alcalde, Darío Dolz; la delegada de la Junta de Castilla-La Mancha, Ángeles Martínez; y Santiago Langreo, director del Museo. Un banco desde el que se puede admirar y contemplar la belleza paisajística de nuestra ciudad. Con el apoyo del Consorcio han conseguido presentar el “segundo banco más bonito del mundo”. Espacio que desde su apertura es el enclave que más curiosidad despierta entre visitantes y locales. Pero, para llegar a él, primero hay que ir al Museo y recorrer sus jardines y sendas habitadas por dinosaurios.

El director del MUPA, Santiago Langreo, ha expresado que “se trata de una iniciativa que pretende aumentar las visitas y dar a conocer el entorno”. Además, esperan recibir las instantáneas de todo aquel que opte por hacerse un selfie porque “la gente hace fotografías vacías y nosotros queremos ver también a nuestros visitantes”. Un recoveco desde el que, como ha indicado Langreo, “ojalá se fragüen bonitas historias”.

Un rincón apto para los amantes de la ciudad y de la fotografía que supone dejar al descubierto las imponentes vistas que prometen no dejar indiferente a nadie. Pero este no es el único balcón natural que existe en Cuenca.

"Se trata de una iniciativa que pretende aumentar las visitas y dar a conocer el entorno"

EL SOSIEGO DEL CASTILLO

Por su amplitud, Cuenca es una ciudad que hay que conocer con calma, y en las inmediaciones del barrio del Castillo la tranquilidad impera. Resguardados a la sombra de los pinos se encuentran cuatro bancos desde los que se puede contemplar el desfiladero que forman los ríos Júcar y Huécar y todo el horizonte de la ciudad desde una nueva perspectiva.

Punto desde el que llama la atención la imponente planta del Parador Nacional de Turismo pero, desde el que no se pueden ver las Casas Colgadas. Una panorámica infinita que se pierde entre montañas y llanos campos de cultivo.

Ubicado al oeste, se puede admirar el atardecer y ver como el sol se recoge cada día entre los altos tejados del Casco Antiguo. Una imagen de postal con sello conquense. Allí, además de vistas espectaculares, también aguarda una completa oferta de ocio con jardines, red de caminos y restaurantes para disfrutar desde tan elevada cota.

CERRO DEL SOCORRO

El Cerro del Socorro, concurrido especialmente por senderistas, regala paz y tranquilidad a todos los que se animan a subir. A los pies del monumento al Sagrado Corazón de Jesús un trio de bancos de piedra son otro lugar de referencia para examinar el territorio conquense desde las alturas.

Cima que al estar a 1.147 metros de altitud permite apreciar la extensión de la capital y ver desde el Casco Antiguo enclavado en las rocas hasta las nuevas y modernas urbanizaciones. Una subida que tanto de día como de noche ofrece una fantástica y evocadora imagen. Un destino obligado en esta ruta por los bancos más bonitos de Cuenca.