El Ministerio de Cultura y Deporte ha hecho entrega a la Catedral de Cuenca de dos esculturas, ‘Desposorios de la Virgen’ y ‘Ecce Homo’, tras su restauración en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). Las piezas, cuya intervención ha sido promovida por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, forman parte de la extensa y rica colección de bienes culturales que atesora la seo conquense.
La escultura de madera policromada ‘Desposorios de la Virgen’ es un altorrelieve anónimo de escuela hispano-flamenca del siglo XV que perteneció al desaparecido retablo del Altar Mayor. Se trata de una talla única que permite hacerse una idea de la envergadura y calidad de este retablo que no sobrevivió a las transformaciones artísticas del siglo XVIII, siendo desmontado para realizar el nuevo proyecto de Capilla Mayor y Altar Mayor diseñado por Ventura Rodríguez.
Los estudios de materiales realizados y su proceso de restauración en el IPCE han permitido confirmar la cronología y calidad de la talla, que no era del todo apreciable por los numerosos repintes y dorados posteriores que había sufrido. A ello, había que sumarle el oscurecimiento general de la capa pictórica por acumulación de suciedad, envejecimiento del barniz y deposición de cera en las partes bajas.
La escultura presentaba también un ataque de insectos xilófagos, que se comprobó que estaba inactivo, y tenía un añadido en la base para garantizar su estabilidad. Su restauración ha implicado la eliminación de los estratos superficiales de depósitos de cera, suciedad y algunos de los repintes más toscos. Posteriormente, se han reintegrado las pérdidas de color más significativas y se ha aplicado una capa de protección final.
Por otro lado, la escultura ‘Ecce Homo’ es un busto del siglo XVII realizado en madera policromada y atribuido a Felipe Ribas (1609-1648). Está colocado sobre una peana de finales del siglo XIX o principios del XX chapada en ébano y con incrustaciones de mica sobre marmoleado.
Esta escultura, de gran calidad artística por su realismo, poseyó un gran valor devocional. Su restauración ha supuesto un reto al tener que ser realizada bajo un estricto control de la temperatura y humedad relativa del espacio de trabajo. Variaciones importantes en estos valores pueden poner en riesgo la estabilidad del soporte y la fijación de la policromía.
El busto presentaba una acumulación de suciedad generalizada, una falsa pátina que cubría toda la escultura, grietas profundas en sentido vertical, perdidas de policromía y alteraciones en la chapa de ébano de la peana. Su restauración ha conllevado la limpieza superficial y la eliminación de la pátina artificial, además de la reintegración de las pérdidas de policromía y las gotas de sangre que estaban casi perdidas.
Ambas esculturas podrán contemplarse en la Sacristía Mayor de la Catedral a partir del 18 de junio. Los ‘Desposorios de la Virgen’ volverán a su ubicación en el retablo del siglo XVIII y el ‘Ecce Homo’ se emplazará en la soberbia mesa de mármol que ocupa el centro de la Sacristía.