Que la festividad del Día de Todos los Santos caiga este año en miércoles es un hecho bastante negativo para el sector hostelero conquense. Y es que muy pocas personas harán puente y, por tanto, las reservas en alojamientos rurales, hoteles y hostales de la provincia y de la capital conquense son casi nulas.
Así lo ponen de manifiesto José Manuel Abascal, presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca, y María del Carmen Gimeno, gerente del Hotel Moya de Landete, quienes indican que apenas se han recibido peticiones para esta semana.
“Prácticamente no hay movimiento”, sentencia Abascal, al tiempo que explica que en estas fechas la gente aprovecha para visitar los cementerios de los pueblos y no para hacer turismo o disfrutar de unos días de vacaciones. Además, que el día uno de noviembre sea miércoles complica mucho las cosas. “Se harán mayoritariamente viajes de ida y vuelta en el mismo día para llevar flores a los cementerios y poco más”, asegura el presidente de la Agrupación.
Las previsiones tampoco son halagüeñas para los fines de semana previo y posterior, puesto que tampoco hay un gran volumen de habitaciones reservadas. “Podemos decir que estos serán los días más bajos de la temporada otoñal”, añade.
María del Carmen Gimeno, gerente del Hotel Moya de Landete, comparte estas previsiones puesto que en su establecimiento “no hay mucho movimiento para estos días”. “El hotel está a un tres por ciento de ocupación”, una cifra pésima teniendo en cuenta que el pasado puente de la Hispanidad fue todo un éxito tanto para la capital como los pueblos de la provincia.
RESERVAS EN RESTAURANTES
Si bien, para el propio Día de Todos los Santos sí que se han disparado las reservas para comer. “La familia irá al cementerio por la mañana y después disfrutarán alrededor de la mesa todos juntos”, explica la gerente del Hotel Moya. Escenario que también se dará en la capital tal y como avanza Abascal ya que “sí hemos notado que hay más reservas en los restaurantes para el Día de los Santos”.
En este sentido, para el día uno de noviembre los restaurantes ya tienen peticiones para dar de comer a grupos numerosos de hasta 15 personas, pero también para mesas pequeñas. “Tenemos que aprovechar y dar de comer a todo el que venga para poder remontar”, señala Gimeno, que espera “llenar” su restaurante a pesar de las malas previsiones iniciales.
Con todo, los hoteleros son optimistas en cuanto al futuro ya que esperan que este sea solo un bache en la temporada de otoño ya que para el puente de diciembre prevén colgar el cartel de completo al ser festivos el Día de la Constitución y el de la Inmaculada Concepción.
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