Salir a la calle y comprobar la temperatura o la hora en los relojes-termómetro que desde hace años hay distribuidos por distintos puntos de la capital era una práctica habitual de muchos conquenses. Pero hablamos de hace, por lo menos, ocho años (dos legislaturas), ya que entrada la actual década dejaron de funcionar (o funcionan mal) sin que desde entonces el ayuntamiento le haya dado solución. Algo que muchos ciudadanos tienen ya tan asumido que hasta lo ven “normal”, y, por eso del “ea” conquense, hasta le restan importancia.
De esta situación se hizo eco en el último pleno el Grupo Municipal de Ciudadanos, que advirtió de que el no funcionamiento, o el funcionamiento erróneo, de estos paneles da sensación de “dejadez”. Un hecho que a su vez da mala imagen de Cuenca a quienes nos visitan, en cuyas respectivas ciudades de origen es de suponer que sus relojes sí funcionarán y que, si un día se estropean, se reparan.
Su arreglo está incluido en el contrato con la empresa de autobusesEl caso es que la gestión de estos termómetros corresponde a la empresa adjudicataria del servicio del transporte urbano, que desde octubre de 2012 es Líneas Urbanas Conquenses (LUC). Una compañía que asumió el servicio con la mayoría de estos paneles, gestionados hasta entonces por Monbús, ya estropeados, pero cuya reparación estaba incluida en el contrato de adjudicación. Sin embargo, ni se ha realizado ni se prevé que se vaya a realizar.
“Los relojes son una obligación de la concesionaria de los autobuses, pero esta insiste en que es imposible porque el mecanismo es tan antiguo que ya no hay piezas de recambio”, contestó en el pleno el concejal de Servicios a la Ciudadanía, Pedro J. García Hidalgo, que pese a todo insistió en que el Consistorio “insistirá” en esta petición.
