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MUSEO DE LAS CIENCIAS
Refugiados

“Los refugiados son gente que también puede aportar”

El conquense Enrique Royuela comisaría una muestra que reivindica a científicos exiliados y en la que una treintena de artistas rinde homenaje a Einstein, Severo Ochoa o Gregorio Marañón
“Los refugiados son gente que también puede aportar”
08/10/2017 - G. D.

Los países que pierden población, ya sea por culpa de la guerra, de una dictadura o de la falta de empleo, pierden, también, talento. Y en estos tiempos de tantos refugiados de países como Siria, Afganistán o Sudán, que llaman a las puertas de Europa en busca de asilo, bueno es tener en cuenta que acoger a estas personas, además de un acto humano, no solo implica un gasto económico, sino que también puede repercutir muy positivamente en el país acogedor, pues al abrir las puertas a estas personas se las abrimos, también, al talento.

Es una de las conclusiones que se pueden extraer de la exposición ‘Ciencia de acogida’, comisariada por el científico conquense Enrique Royuela, que hasta mediados de septiembre pudo verse en el CentroCentro, edificio de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, y que ahora su comisario confía en itinerar por otras ciudades españolas, entre ellas Cuenca.

La muestra se centra en exiliados españoles y de países europeos como Alemania e Italia que tuvieron que hacer las maletas como consecuencia de las guerras civiles y mundiales del pasado siglo y al llegar a su nuevo destino le aportaron a este un gran talento científico. Y entre sus protagonistas aparecen científicos muy conocidos como Albert Einstein o los españoles Severo Ochoa, Gregorio Marañón o Juan Negrín, a los que hay que añadir otros como Salvador Luria o Eugenia Sacedote de Lustig.

En su homenaje, una treintena de artistas internacionales, entre los que destacan autores de renombre en el campo de la ilustración como Jorge González o Riki Blanco, han confeccionado carteles inspirados en la propaganda de la guerra civil y la dictadura franquista, además de obra original sobre lienzo, plástico o madera inspirada en las escuelas de Alemania y del surrealismo francés, cuyos fundadores también fueron refugiados.

“En los medios de comunicación siempre da la impresión de que los refugiados son gente a la que hay que acoger por necesidad, que solo viene aquí a recibir recursos, pero con esta exposición queremos demostrar que también es gente que puede aportar. Porque en el siglo pasado, por causa de las guerras, en Italia, Alemania o España perdimos un patrimonio científico del que se beneficiaron especialmente México y Argentina, en el caso de los españoles, y EEUU y Reino Unido en el de los alemanes e italianos”, apunta el comisario.

A destacar, por ejemplo, el hecho de que Severo Ochoa obtuviera el Nobel de Medicina en 1959, residiendo ya en EEUU, y “trabajando con capital americano”, y que España no pudiera aprovecharse de su trabajo como del de Ramón y Cajal, Nobel en 1906 “que puso a España en el mapa de la ciencia mundial”.

A su entender, “muchos de esos refugiados y desahuciados que vemos en los telediarios podrían ser el próximo Einstien. No sabemos lo que estamos rechazando, porque es gente que tiene una capacidad de aportar. Ahí está el caso de la médica Nawal el Sadawii, que huyó del régimen dictatorial egipcio a Estados Unidos convirtiéndose en un referente mundial en psiquiatría y derechos de las mujeres en el mundo islámico o el del nigeriano Phillpi Emeagwalli, que había sido niño soldado y una vez en Estados Unidos se convirtió en un referente en ingeniería computacional”.

Emigración económica

Rayuela considera que no es lo mismo emigrar por falta de trabajo, como ocurre en la actualidad en España, como por un conflicto bélico “en el que asesinan a la gente por sus ideas políticas”, pero reconoce que en países como España también se está perdiendo mucha población por este segundo motivo. “Aquí se nos forma pero después se olvidan de ti: al no invertir en I+D+I no tienes la posibilidad de seguir adelante con tu trabajo de investigación, y te tienes que buscar la vida. Así que o dejas la investigación o te vas a un país donde aprovechen tu formación”.

Organizar esta exposición ha sido para este conquense un gran reto y reconoce que es una satisfacción contribuir con ella a dar a conocer a científicos “que son unos grandes desconocidos” como Arturo Duperier, “un físico increíble que estuvo nominado tres veces al premio Nobel de Física” o a “grandes mujeres como Pilar de Madariaga”.

A medio plazo, confía en que tras su exhibición en Madrid la muestra, que tiene su propia página web, cienciadeacogida.org, pueda itinerar por buena parte del territorio nacional. “Es nuestro siguiente paso, y por supuesto sería un placer que la exposición pudiera estar en una ciudad como Cuenca, tan ligada a la cultura y el arte. Para mí sería un orgullo.“Ojalá que en 2018”.