El Casco Antiguo es la primera zona de la ciudad donde el equipo municipal que preside Darío Dolz está reforzando la supresión de pintadas, para lo que ha instado a la empresa adjudicataria del servicio de limpieza, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), a que emplee en esta tarea las 298 jornadas anuales recogidas en el contrato, firmado en mayo de 2018 y con una vigencia de diez años.
Jornadas que si llegan a agotarse se estudiará ampliar a través de la bolsa de horas recogida para otro tipo de actuaciones. De un operario que estaba llevando a cabo estas funciones se pasa además a dos.
Acabar con los “tapeos y pintarrajeos”, en palabras del primer edil, es el objetivo de una campaña que de momento se centrará en edificios municipales y mobiliario urbano como contenedores, señales, paneles turísticos, marquesinas o bancos, además de rejas, aunque la idea es que pueda tener continuidad en inmuebles privados, muchos de ellos también con pintadas, para lo que se buscará la “fórmula jurídica” apropiada, pues se cree que podría ser necesario obtener el permiso de las comunidades de vecinos para intervenir en ellos.
En fechas recientes se ha actuado ya, según se ha apuntado, en inmuebles como la fachada del Museo de las Ciencias, la Escuela de Arte José María Cruz Novillo o el pasaje de San Miguel, y ahora se está trabajando en el margen izquierdo de la subida principal al Casco.
Se prevé que los trabajos estarán “avanzados” la próxima semana, cuando se llegaría al entorno de La Moneda y la Puerta de Valencia.
Tras actuar en el Casco Antiguo, se irá actuando en paredes municipales y mobiliario urbano del resto de la ciudad, en la que se han contabilizado más de mil pintadas en lugares como el edificio del mercado o los servicios públicos de los parques.
Control para prevenir nuevas pintadas
El problema, eso sí, es que, según han advertido los presentes, “cuando se elimina una pintada, vuelve a aparecer en ese u en otro sitio”.
Ante esta circunstancia, la campaña cuenta con la colaboración de la Policía Local, que, según apunta el concejal de Parques y Jardines, Adrián Martínez, va a llevar un “control y seguimiento” de las pintadas suprimidas para intentar “que no se reproduzcan y aumenten”.
Se pide así a la ciudadanía que comunique a la Policía si observa a algún vándalo llevando a cabo pintadas en sitios no autorizados, pues en este cuerpo de seguridad advierten de que es complicado pillarlos en plena acción, pues suelen operar por la noche y en zonas oscuras. “Son difíciles de detectar”.
En la Policía advierten de que realizar pintadas está tipificado en el Código Penal y en la ordenanza municipal de medio ambiente. Según el primero, atentar contra un edificio catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) puede acarrear la supresión de libertad, mientras que la ordenanza municipal recoge sanciones de entre 750 y 3.000 euros que, en el caso de los menores, deberán ser asumidas por sus padres salvo que se acuerde cambiarlas por trabajos para la comunidad.
A esto hay que añadir una campaña de “sensibilización, educación y concienciación”, sobre todo dirigida a los más jóvenes, en la que entre otras cosas se quieren distinguir los “pintarrajeos” del arte urbano, es decir, los grafitis artísticos distribuidos por distintas zonas de la ciudad confeccionados por autores como Mr. Trazo, autor entre otros del reciente cartel-mural de San Mateo.
En la FCC han pedido también la colaboración ciudadana, al entender que “el mejor servicio de limpieza es el que menos tiene que limpiar”.
