Que se rieguen las calles, máxime las del Casco Antiguo, probablemente no debería ser noticia, porque es uno de los cometidos de las empresas de limpieza, pero el Ayuntamiento, a través de su cuenta de Twitter, anunciaba hace unos días que “las calles del Casco Antiguo, entre otras zonas de Cuenca”, habían sido “baldeadas por el servicio municipal de limpieza”.
La escasez de baldeos y de agua a presión en las calles es, de hecho, una de las carencias que desde hace años tiene la ciudad y que el actual alcalde, Ángel Mariscal, se comprometió a reforzar al inicio de la legislatura, siendo una de sus primeras medidas la petición de que se incidiera en este tipo de limpieza en calles del centro como Fray Luis de León, Ramón y Cajal o San Francisco.
“Ha habido baldeos que algunos barrios no habían visto desde hace mucho tiempo”, dijo con fecha de 9 de julio de 2015.
Esta medida, sin embargo, no tuvo la continuidad esperada, al menos con la frecuencia que sería lo deseable, según reconocían a Las Noticias varios representantes de las asociaciones de vecinos dos años después, en julio de 2017.
Ya con la adjudicación del servicio a una nueva empresa de limpieza, FCC, a mediados de 2018, en el verano de ese año se vieron por distintos puntos de la ciudad vehículos con mangueras que combinaban agua y detergente, una novedad que, no obstante, tampoco parece haber tenido demasiada continuidad.
Elena Castillejo, de Las Quinientas, cree que su barrio necesita precisamente de este tipo de actuaciones, porque las aceras están “llenas de pis y excrementos de perro, y se nota el olor. Hace falta que vengan a regar más, sobre todo ahora que empieza el buen tiempo”.
Esta representante vecinal sí reconoce que periódicamente pasa por el barrio un pequeño vehículo de limpieza que porta una escoba que va barriendo a medida que circula y arroja a su paso algo de agua, pero “poca”, en nada comparable a la campaña de verano con agua a presión y jabón que se vio en algunas calles.
ASPERSORES
Lo que sí se ha recuperado en las últimas semanas ha sido la instalación temporal de aspersores móviles en distintos barrios de la ciudad como Fuente del Oro o Siglo XXI y rotondas de la Ronda Oeste que según algunos vecinos no se habían visto desde hace por lo menos ocho años.
“Los aspersores están desde hace años, pero hace tiempo que no se usaban”, considera el presidente de Fuente del Oro, Antonio Gómez, que reconoce que en los últimos días los ha vuelto a ver, aunque puntualmente.
Además, entiende que puede ser consecuencia de la proximidad de las elecciones. “Ahora lo que hagan no vale”, dice. Eso si, reconoce que este sistema es más eficaz que el del riego a mano.
A su entender, se riega mejor y en menos tiempo, e incluso con un gasto de agua menor, al instalarse varios aspersores que arrojan agua a un mismo tiempo.