El confinamiento ha dejado huella en los ciudadanos, que les ha llevado a replantearse muchas cosas y a revisar algunas de sus prioridades, entre las que, sin duda, parece encontrarse su vivienda; esa en la que permanecieron más de tres meses conviviendo con su familia, incluso, teletrabajando, y que ahora se mira con otros ojos. De hecho, Javier Redondo, del Estudio Redondo Soria Arquitectos, S.L. y presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Cuenca (AJE), tiene muy claro que esta cuarentena ha marcado un antes y un después para mucha gente, que ha visto cómo ha cambiado su concepto de vivienda, “valorando mucho más algunos elementos de éstas que antes no se tenían en cuenta y que ahora han pasado a tener una importancia vital, ya que la casa ha dejado de ser solo el lugar donde se vive para convertirse también en refugio, lugar de trabajo, etc.”.
Un nuevo concepto de vivienda, de hogar, que, según este arquitecto conquense, se está materializando en un notable cambio en los gustos de la gente, que se inclina por dotar a sus casas de espacios más amplios, siempre y cuando, por supuesto, se disponga de metros cuadrados suficientes. Y es que “tras el confinamiento, se está tendiendo a unir estancias en busca de disponer de espacios más amplios en la vivienda, en especial en zonas comunes, como el salón o la cocina”, puntualiza.
Un fenómeno que, tal y como remarca, se está traduciendo en un incremento de las reformas de pisos durante estos meses de verano. Aumento en la demanda de obras que constatan empresas del sector, como Imesa y Servicios, cuya gerente, Sonia Martínez Eslava, asegura que en esta época se han multiplicado por dos las peticiones de presupuestos para reformas, o Carpintería Yubero, cuyo propietario, Jesús Gómez, subraya que es tal la demanda que “en la actualidad, tenemos pendiente la ejecución de seis obras”.
Ambos empresarios coinciden en señalar que hay mucha gente que está destinando el dinero reservado a las vacaciones para realizar reformas en casa, centrándose especialmente en cocinas y baños, sin olvidar el cambio de mobiliario, el pintado de paredes, etc.; todo ello encaminado a hacer más cómodas y habitables sus viviendas, que les invite a disfrutar más de la tranquilidad del hogar en compañía de familiares y amigos.
“Tras el confinamiento, se está tendiendo a unir estancias en busca de disponer de espacios más amplios en la vivienda, en especial en zonas comunes, como el salón o la cocina”
Reformas que no se están limitando a la vivienda habitual, sino que, tal y como resalta Redondo, también se están llevando a cabo en la segunda vivienda. Y es que en estos últimos meses son muchos los que, si no la han adquirido ya, están sopesando la compra de una segunda vivienda, bien un piso de segunda mano o una casa en el entorno rural, valorando especialmente la disponibilidad de espacios al aire libre, como terrazas, jardín, etc.
Tendencia que está suponiendo que se estén acometiendo reformas en esos inmuebles para adaptarlos a sus necesidades. Obras que, a diferencia de los gustos que primaban hasta ahora, tienden al “acondicionamiento de espacios para el disfrute, recuperando, por ejemplo, esa terraza, que se había convertido en un tendedero, instalando en ella unas sillas y una mesa y, de esta manera, poder disfrutar del aire libre sin salir de casa”, aclara Redondo.
Esa tendencia a la compra de una segunda vivienda en un entorno rural es, a juicio del también presidente de AJE Cuenca, toda una oportunidad para nuestra provincia. Y es que, desde su punto de vista, Cuenca dispone de suficientes atractivos en este sentido para atraer a este tipo de personas. Su excelente situación geográfica, a un paso de grandes urbes, como Madrid o Valencia, los costes mucho más baratos, espacios naturales con contaminación cero y un rico patrimonio histórico-artístico, que le ha merecido su declaración como Ciudad Patrimonio de la Humanidad, son motivos más que suficientes para intentar aprovechar ese cambio en las prioridades de los ciudadanos, que ha traído consigo el confinamiento por la declaración del estado de alarma con motivo de la Covid-19, y más aún, cuando la amenaza de una segunda oleada está ahí, a la vuelta de la esquina.
