Se conocieron en las aulas de la Escuela de Magisterio de Cuenca y hoy han vuelto a reencontrarse más de medio siglo después. Son los alumnos y alumnas de la promoción de 1965 que este sábado han compatirdo risas, vivencias y más de una anécdota en una jornada cargada de nostalgia.
La idea de este reencuentro surgió hace algunos años con el objetivo de conmemorar el 50 aniversario de la promoción pero, por diversos motivos, no ha podido ser hasta ahora, 52 años después, cuando han podido volver a reunirse.
El más joven tiene 70 años y otros por desgracia ya no están, pero finalmente han conseguido juntarse en un hotel céntrico de la capital conquense unos 40 compañeros de entonces, algo más de la mitad de los que estudiaron juntos en aquella época. Salvo los que han mantenido su residencia en la ciudad, los menos, la mayoría llevaban sin verse prácticamente medio siglo. Por ello, no han dudado en emprender viaje desde diversos puntos del país y también del extranjero, como por ejemplo de París.
Uno de ellos se encargó de ir a la Escuela de Magisterio donde pudo localizar la lista de alumnos de aquella promoción para, posteriormente, ir localizándolos a todos hasta crear un grupo de WhatsApp en el que finalmente se fueron decidiendo todos los detalles de esta 'quedada' en la que además han podido compartir fotografías de la época - en las que tenían unos 17 ó 18 años - facilitadas también por Magisterio.
Anécdotas
Entre las ausencias, destacar la del que fuera delegado de curso entonces, Antonio Moreno Martínez, conocido como Antonio de Conca por sus crónicas en medios como Ofensiva o El Día de Cuenca, además de algunas colaboraciones en Las Noticias de Cuenca, que se encuentra estos días ingresado en el hospital 'Virgen de la Luz' recuperándose tras ser intervenido por una dolencia.
Otro de los asistentes previsto tuvo que ser operado de urgencia ayer cuando llegó a la capital conquense y está en La Alameda; mientras que otro de los compañeros ha tenido que volverse rápidamente a Barcelona tras conocer, justo cuando había llegado a Cuenca, que unos 'okupas' habían entrado en su casa.