Desde hace ya unos días no había ninguna duda de que la procesión del Hosanna del Domingo de Ramos no iba a peligrar por cuestiones meteorológicas. De hecho, ya a primera hora de la mañana numeroso público se concentraba a las puertas de la desacralizada iglesia de San Andrés para acompañar a Jesús y la Virgen de la Esperanza en su llegada triunfal a la Jerusalén castellana en la que se convierte Cuenca estos días.
Puntual a las nueve y media de la mañana, el Hermano Mayor de la hermandad, junto al presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, ha llamado tres veces a las puertas del antiguo templo, y desde ese momento las túnicas, capuces y palmas de los hermanos han llenado de color la parte baja del Casco Antiguo. Al mismo tiempo, la banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías comenzaba a tocar los primeros acodes con esa marcialidad que tanto la caracteriza.
En cuestión de 10 minutos los pasos de Jesús Entrando en Jerusalén ‘la borriquilla’ y Nuestra Señora de la Esperanza ya se encontraban en la calle, y corteo procesional comenzaba su descenso hasta el centro urbano de la capital, que iba cerrando la Banda Municipal de Cuenca. El alcalde de Cuenca, Darío Dolz, ha presidido esta procesión del Hosanna.
NOVEDADES
Para este Domingo de Ramos, la Virgen de la Esperanza ha vestido con tejido de granate, y ha portado una saya antigua de Dolorosa que solo había vestido una vez, con motivos en granate y plata. Han destacado una cinturilla de hojilla calada, un bordado del niño Jesús, el puñal de traspaso y los encajes. Como novedad y siguiendo la tradición de estrenar en Domingo de Ramos, la Virgen de la Esperanza ha estrenado un rostrillo de plata a imitación de los que usaban las Dolorosas antiguas (y similar al que lleva nuestra Patrona, la Virgen de la Luz), hecho a medida en un taller de Córdoba. También ha lucido la virgen cuatro ramos de flores de talco con hojas de plata y pedrería en la parte delantera de las andas.
Además, este año ha lucido como hace mucho que no lo hacían todos los cetros y varales de la hermandad, que han sido restaurados. Además, las numerosas palmas que portaban los hermanos en las filas se iban meciendo poco a poco mientras procesionaban, regalando al espectador imágenes de gran belleza viendo el caminar de las tallas, con los colores blanco, granate y amarillo uniéndose entre sí.
El desfile ha bajado por Solera, Plaza del Salvador, y Alonso de Ojeda hasta llegar al convento de las Concepcionistas Franciscanas, donde las monjas han vuelto a entonar sus voces para ofrecer un corto pero bello recital al paso de las tallas por este enclave.
A buen ritmo ha continuado el cortejo por Las Torres, Aguirre, Carretería y Calderón de la Barca, donde cada vez se iban congregando más y más espectadores que con otras palmas o ramas de olivo en mano, las iban agitando al paso de Nuestro Señor y de Nuestra Señora, haciendo que el desfile ganara en calidad visual. A ello también ha contribuido el ágil paso de los banceros que, en algunos puntos, como el momento previo a encarar el puente de la Trinidad, no han dudado en bailar a los dos pasos al compás de las marchas que iban interpretando los músicos de la Banda Municipal conquense.
La procesión ha subido de forma ágil y, sobre las doce y media, ha tenido lugar la bendición de palmas por parte del obispo de la Diócesis, José María Yangüas, a los pies de la iglesia de San Felipe. En este punto de la procesión, se ha incorporado al desfile el prelado de la Diócesis, así como una representación de la Corporación Municipal junto a los maceros, que con mucha alegría y viveza han subido por Alfonso VIII a una Plaza Mayor donde no cabía ni un alma.
Unos minutos antes de la una y media ha concluido el cortejo procesional con la entrada de los dos pasos en la Catedral de Cuenca con las palmas y olivos ondeando al aire, dando así por concluido un Domingo de Ramos multitudinario donde muchísimos conquenses recibieron a Jesús en su llegada a la ciudad.
Con la jornada de hoy, una Cuenca vestida de túnica y capuz ha dado la bienvenida a su Semana Santa 2024 con sus mejores galas, con la tradicional e improvisada pasarela de Ramos que se suceden por las calles de la ciudad al paso de la procesión.