En marzo de este año el Ayuntamiento firmó un convenio con las protectoras Cuenca Animal, Sos Rescue y Bonamiko para tratar de controlar, a través de su esterilización, las colonias de gatos callejeros con el fin de evitar que se reproduzcan en exceso y haya una plaga de felinos.
El Consistorio se comprometía entonces a abonar a estas asociaciones un dinero por el gasto que les supusiera realizar estas tareas en coordinación con clínicas veterinarias, pero con un tope máximo de mil euros por asociación; cantidad que ya entonces se reconocía muy modesta y que según afirmó en el último pleno municipal el colectivo Sos Rescue no está contribuyendo a reducir el número de gatos, al ser muy elevada su capacidad de reproducción, pues a partir de sus cinco meses de vida las hembras suelen dar a luz dos e incluso tres veces al año.
Según María Victoria Aguilar, de Sos Rescue, el número de gatos habría llegado incluso a duplicarse a lo largo del pasado verano, pasando de 3.500 felinos repartidos en al menos 82 colonias a más de 6.000.
Ángeles de la Vega, vicepresidenta de la protectora Bonamiko, también entiende que los 3.000 euros aportados por el Ayuntamiento son totalmente insuficientes, pues según sus datos en otras localidades de población similar a la de Cuenca el dinero que las administraciones públicas destinan al control de los gatos callejeros suele rondar los 30.000/40.000 euros anuales.
No en vano, señala que, para la castración, las protectoras tienen concertadas con las clínicas veterinarias un precio reducido por animal que, no obstante, alcanza los 50/60 euros en el caso de los gatos macho y de cien en el de las hembras. “Con diez hembras que esterilicemos ya se nos acaba el presupuesto”, alerta De la Vega, quien añade que si se esteriliza alguno más es “gracias a las donaciones que recibimos” por parte de personas voluntarias, cuando a su entender se trata de un asunto competencia del Ayuntamiento.
Según considera Victoria Aguilar, con el presupuesto actual se tardaría “más de cien años” en esterilizar a todos los gastos. O incluso más tiempo en el caso de que estos sigan reproduciéndose al ritmo actual.
Que estuvieran castrados, por lo menos, el 70/80 por ciento de los gatos callejeros, es la recomendación que hacen las protectoras de animales de Cuenca. De esta manera, la población de felinos iría descendiendo al tener estos una media de vida 8-9 años. Siendo menos, los gatos gozarían además de una mejor calidad de vida, y se reducirían las peleas entre ellos por encontrar espacios para vivir con cierta dignidad.
Ademas, las protectoras demandan que se habiliten casetas en parques u otras zonas donde los gatos puedan habitar, lo que evitaría que, como sucede en la actualidad, algunos se adentren en viviendas o edificios abandonos en condiciones de falta de higiene, pudiendo contraer infecciones. O que, sorprendentemente, haya quien se haya puesto a vivir en el socavón de la plaza de la Constitución, sin arreglar desde hace más de un año.
El propio alcalde admitía en el pleno que una especie de albergue para gatos podría ser una solución pero, dada la crítica situación de las arcas municipales, a su vez considera que “siempre va a haber más gatos que presupuesto en el Ayuntamiento”.