Habilitar, en algún punto de la ciudad, una casita-refugio para gatos a modo de prueba aprovechando los medios de la Fábrica Municipal de Maderas con el fin de que, si la experiencia funciona, instalar varios de estos recursos para que los miles de gatos abandonados que hay por la ciudad, más de 4.000, además de estar más controlados puedan disponer de sitios donde dormir y descansar sin la necesidad de invadir casas abandonadas o incluso sin abandonar, solares, patios de vecinos, jardines o parques infantiles.
Es una de las propuestas que las asociaciones protectoras de animales de Cuenca han planteado al nuevo alcalde de la ciudad, Darío Dolz, y ante la que este, según asegura María Victoria Aguilar, de Sos Rescue, se ha mostrado receptivo.
Otra de las propuestas que le han planteado al primer edil es que se regule la práctica de alimentar a los gatos en la vía pública que llevan a cabo algunos vecinos, lo que en ocasiones acaba ensuciando la ciudad, pues si se dejan alimentos como sobras de una paella o de pescado en las proximidades de los lugares que frecuentan, buena parte acaba por el suelo. Se trata además de una práctica que cuenta tanto con sus partidarios como con sus detractores, lo que ha llevado a varios enfrentamientos entre vecinos. Con ello se puede ocasionar además el efecto llamada, al hacer que sean varios los gatos que se acerquen cada día a aquellos lugares donde es habitual que la gente les deje comida. Y una cosa es que haya colonias formadas por unos seis-siete gatos, una cantidad “razonable”, y otra que se lleguen a juntar unos 40, lo que puede dar lugar a peleas entre ellos.
La asociación aboga por formar a quienes tengan la costumbre o estén interesados en dar de comer a los gatos, que para poder hacerlo legalmente deberán contar con un carné de alimentador. A quien lleve a cabo esta práctica sin autorización, piden que se le sancione. Además, se quiere que la comida que se les dé sea específica de gatos.
En este punto, también consideran necesaria campañas de sensibilización para evitar que, como según han comprobado hacen algunos vecinos, les ofrezcan salchichas con clavos y alfileres o veneno para que fallezcan y acabar con las molestias que les causan.
El alcalde también se ha comprometido a buscar una partida de 5.000 euros que el anterior equipo municipal habría reservado para financiar la esterilización de gatos a través de las protectoras.
Reproducción
Las asociaciones hacen hincapié en la “barrabasada” de gatos abandonados. “Están debajo de la casa de todo el mundo”. Según sus estimaciones, repartidos por más de 80 colonias hay algo más de 4.000, la mitad hembras con capacidad para reproducirse cada seis meses, por lo que, descontando los que mueren por enfermedad o los atropellados (su media de vida es de 8-9 años) hace que su número se pueda incrementar en un 40 por ciento cada año, lo que podría generar una situación incontrolable, ante lo que consideran que debería destinarse una cantidad mucho más ambiciosa a su esterilización.
Necesidades
Al necesitar estas operaciones de la intervención de clínicas veterinarias, el coste asciende a los 60 euros por gato macho y a los cien por cada hembra, de modo que, con los 3.000 euros que se presupuestaron con el PP en el gobierno, apenas se podían esterilizar entre 30 y 40 gatos, cuando a su entender sería necesario llegar a los 300-400 anuales, para lo que haría falta una inversión de unos 30.000 euros al año, diez veces más.
“Como no se han gastado nada en tantos años, ahora la situación es insostenible y es necesario un esfuerzo mayor si se quiere recuperar la normalidad y que las colonias de gatos estén controladas de aquí a unos siete-ocho años”, considera Victoria Aguilar.
Los expertos recomiendan que estén esterilizados el 70/80 por ciento de los gatos callejeros.
La situación económica de las arcas municipales es no obstante complicada, de ahí que el anterior alcalde, Ángel Mariscal, veterinario de profesión, llegara a decir en una ocasión que “siempre va a haber más gatos que presupuesto en el Ayuntamiento”.
Provincia
Una situación similar a la de la capital se vive en la provincia, donde al menos la mitad de sus más de 200 municipios, sobre todo los más grandes, tienen más gatos de lo que sería recomendable. “Hay pueblos con más gatos que vecinos”.
Ante esta situación, las protectoras van a demandar a la Diputación un plan de esterilización en la provincia, para lo que estiman que, cuando menos, sería necesaria una inversión de entre 30
