La docencia online y no presencial en las facultades conquenses y no poder regresar a Cuenca, su residencia académica, para recoger sus materiales de estudio, como consecuencia de la declaración del estado de alarma, está generando críticas e incertidumbre entre los alumnos, que no saben con certeza que ocurrirá con el curso académico.
Son muchos los que tras la cancelación de las clases presenciales se desplazaron hasta sus ciudades de origen, dejando en Cuenca enseres personales, documentos, libros o dispositivos tecnológicos que ahora no pueden recoger.
Aroa, estudiante de Periodismo en la Facultad de Comunicación, reside en un piso de estudiantes al que “tengo que ir si o si a por mis cosas y no puedo ir sola, tendría que llevarme mi madre”, explica. Esta joven procedente de Requena (Valencia) no está preocupada solo por el material que ha dejado sino también por tener que seguir pagando un alquiler que costea con las becas y ayudas de las que “todavía no he recibido ninguna una notificación”. “Hablé con el casero, le expliqué mi situación y su respuesta ha sido que es mi problema y que si no puedo pagarlo nos pondrá una denuncia”, expresa.
Respecto a la enseñanza online señala que los profesores ofrecen materiales para que puedan continuar con su formación, pero “me gustaría que se organizaran mejor, saben que los estudiantes no estamos de vacaciones, que nos lo tomamos enserio y no nos dan soluciones, solo nos dicen que lo están gestionando”, argumenta.
Muchos de sus compañeros que cursan la especialidad de Periodismo Multimedia han cambiado sus Trabajos Fin de Grado porque, “no serán viables ahora, no pueden salir a grabar y exponerlo sería muy complicado”, destaca.
Desde la UCLM han propuesto a los universitarios ofrecer una nueva convocatoria en septiembre, pero “en mi opinión creo que no es viable, después de los meses de verano y el curso que viene, ¿qué pasaría con él?”.
Por su parte, David es estudiante de Administración y Dirección de Empresas, natural de Tarancón, y necesita recoger las pertenencias que dejó en la Residencia Universitaria Bartolomé Cossío. En su caso, cuenta que fue la dirección del centro quien se ocupó de recoger en cajas todo lo que dejaron los estudiantes allí porque la habilitaron para recibir personal sanitario. "Espero que no se haya dañado nada", señala.
“No sabemos cuándo podremos ir a Cuenca, y tendría que llevarme mi padre en coche y ni siquiera sé si la residencia estará abierta o no”, explica. De momento no saben nada desde la gestión y “esperemos que no nos cobren las cuotas porque no tenemos noticias”.
En cuanto a sus estudios universitarios “la información que tenemos es de hace más de quince días, algunos profesores han cambiado los criterios y el material, pero otros no se han puesto en contacto con nosotros. “En mi caso, dependo de una academia, gracias a esa ayuda puedo sacar adelante las prácticas y los ejercicios”, argumenta.
Un panorama poco alentador al que no saben cómo enfrentar porque “hay exámenes que no podríamos hacer online, tenemos clases totalmente prácticas”, apostilla.
Además, tenía planeado realizar prácticas curriculares durante este verano y “ahora no sé si la empresa querrá que colabore con ellos. Desde de la Universidad no nos dicen nada y mi coordinadora no se ha puesto en contacto”, explica.
Sergio, también estudiante de ADE vive en Toledo y ha tenido suerte, “mi casero me ha retirado los pagos del alquiler y a mis dos compañeros que siguen allí les ha perdonado la luz y el agua”, expresa.
En su opinión, cualquier opción que proponen desde la Universidad es mala porque, “internet va mal en mi pueblo y la conexión falla, hacer exámenes online no me parece viable y la opción menos mala quizá es hacer trabajos”, recalca
“Hay profesores que ni están ni se les espera y otros que sí nos están ofreciendo materiales”, confirma. Además, “tenía pensado cursar prácticas y tampoco tengo noticias del coordinador”, manifiesta.
Las quejas comienzan a propagarse por todas las facultades, ninguno se alegra de este paréntesis en sus estudios y el agobio se apodera de ellos cada día más. Todos esperan respuestas y soluciones para resolver esta problemática en la que ellos, los estudiantes, son los más afectados.
El Ministerio del Interior ha recordado que tiene que hacer cumplir la normativa de movilidad que establece el estado de alarma, por lo que solo podrá permitir la circulación de los alumnos para recoger los apuntes que dejaron en residencias y pisos cuando les comuniquen que tienen permiso para hacerlo.