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Alquiler de vivienda en Cuenca

Los precios y los exigentes requisitos asfixian el mercado del alquiler

Las inmobiliarias reconocen que hay muchos propietarios que no sacan sus viviendas al mercado por miedo a impagos
Los precios y los exigentes requisitos asfixian el mercado del alquiler
Foto: Lola Pineda
07/02/2024 - D.C.

María (nombre ficticio) es conquense y, tras vivir unos años fuera de la ciudad, ha regresado a la capital, donde teletrabaja. A sus cuarenta y tantos, su intención era irse a vivir sola pero se está encontrando muchas dificultades para encontrar algo “decente” debido a los altos precios y a los requisitos que exigen muchos propietarios. Siendo autónoma y no contando con una nómina fija, se ha topado con varias negativas. Ante este panorama, se ha resignado a la posibilidad de compartir piso a pesar de su edad. 

Este testimonio ejemplifica la complicada situación del mercado de la vivienda en alquiler en la ciudad de Cuenca, con mucha más demanda que oferta disponible, lo que ha encarecido mucho los precios, según reconocen distintas inmobiliarias consultadas por Las Noticias de Cuenca. 

De hecho, el Pleno del Ayuntamiento de Cuenca aprobaba en la sesión ordinaria correspondiente al mes de enero a un acuerdo transado (a raíz de una moción presentada por Cuenca En Marcha) para instar a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a realizar un análisis y estudio para declarar a la ciudad como zona residencial tensionada para facilitar el acceso a la vivienda.

 

“Los propietarios son muy exigentes con las garantías. Quieren tranquilidad”

Martín Romero, de la Inmobiliaria Romero de Cuenca capital, que lleva trabajando tres décadas en la capital, apunta que nunca ha habido mucha oferta de viviendas en alquiler pero admite que la situación se ha agravado en los últimos tiempos. “Tampoco se ha construido mucho y hay una población flotante en la ciudad que necesita alojamiento”, cuenta.   

“Los propietarios son muy exigentes con las garantías. Quieren tranquilidad”, indica. En cuanto al perfil, señala que cada uno busca uno diferente: desde los que quieren estudiantes para todo el curso hasta otros que prefieren tener más rotación en sus inmuebles.

Respecto a los precios, apunta que han subido debido justamente a la falta de oferta y puntualiza que “la mayoría de propietarios no aplican la subida del IPC”. “Si tienen una buena relación con el inquilino, les paga puntualmente y les cuida el piso, no lo suben”, afirma.

Romero explica que hay muchos propietarios que no sacan sus viviendas al mercado por miedo a impagos. Sobre esta cuestión, considera que el Gobierno debería avalar a las personas que quieren alquilar por si no pueden afrontar los pagos.     

 

Imagen de la inmobiliaria Gómez Utiel, en Cuenca capital. Foto: Lola Pineda

Por su parte, Martín Navarro, comercial de la Inmobiliaria Gómez Utiel de Cuenca capital, considera que hay dos cuestiones que han afectado especialmente al mercado del alquiler en la ciudad: por un lado, se han endurecido las condiciones para los propietarios, que prefieren tener vacíos sus inmuebles a enfrentarse a impagos; y que ha habido un boom de los apartamentos turísticos desde la pandemia, por lo que hay menos pisos disponibles para estudiantes y trabajadores que vienen a la ciudad. 

Esto ha hecho que los precios estén “elevados”, aunque eso no impide que los pisos que se ofertan en la inmobiliaria duren poco, contando incluso con listas de espera de posibles inquilinos interesados en un tipo de inmueble determinado. De media, dice que los pisos de tres dormitorios cuestan entre 600 y 650 euros, y los de cuatro, unos 800.   

Carlos Fernández, propietario de la inmobiliaria Habita100 de Cuenca, cuenta que en la actualidad no disponen de ninguna vivienda en alquiler en su negocio aunque sí muchos locales. “Cuando hay algún piso, se alquila enseguida”, asegura.

A su juicio, la situación comenzó a empeorar cuando llegaron los funcionarios de Instituciones Penitenciarias a formarse a la ciudad puesto que algunos propietarios vieron la posibilidad de sacar más rendimiento a sus inmuebles con alquileres temporales para este perfil de inquilino. “Igual coincidió pero nosotros hemos visto esa tendencia”, apunta y pone como ejemplo que un piso para estudiantes pasó de costar entre 400-500 euros a 600 “de golpe”.