La gestión del nuevo servicio de limpieza de la capital, que el Ayuntamiento adjudicó hace unos días a la empresa Fomento de Construcciones y Contratas S.A, choca, según denuncian Ecologistas en Acción y los dos partidos de izquierdas con representación municipal, PSOE e IU, con la práctica del reciclaje, pues la empresa cobrará más del Ayuntamiento cuanto mayor sea el volumen de basura que recoja no de todos los contenedores, sino exclusivamente de los verdes, destinados a residuos orgánicos y material no reciclable, lo que, según advierten, hará que a la compañía le interese que los ciudadanos conquenses reciclen lo menos posible y arrojen la mayor parte de sus deshechos al contenedor verde para obtener un mayor beneficio económico.
“Una buena gestión de residuos no puede basarse en el criterio de recoger lo más posible para cobrar más”, advierte el concejal de IU Pablo García, para quien “la tendencia” en otras ciudades españolas es precisamente la contraria: “ir disminuyendo el número de residuos y favorecer el reciclaje y la reutilización”, por lo que se pregunta “¿qué interés puede tener la empresa en aplicar unos principios que buscan la reducción de los residuos, si, a menos residuos, menos ingresos?”
En la misma línea, en Ecologistas en Acción advierten de que a la empresa que resulte adjudicataria del servicio no le va a interesar realizar ninguna campaña de concienciación sobre el reciclaje, cuando a su entender es necesario que la gestión de la recogida de residuos tienda hacia la reducción de estos y su reutilización.
De hecho, en la ordenanza municipal de medio ambiente, del año 2010, el Ayuntamiento asume, entre sus funciones en materia de limpieza, la de “promover la prevención, dirigida a evitar la generación de residuos o a conseguir su reducción, y la reutilización, reciclado y valorización de los residuos frente a otras técnicas de gestión”, algo que entienden que puede acabar incumpliéndose con la nueva adjudicación.
Las asociaciones de vecinos consultadas temen, por su parte, que, si la empresa recoge más basura y el Ayuntamiento tiene que pagarle más, la Administración local acabe subiendo las tasas por la recogida del servicio.
Sin contenedor marrón
La nueva adjudicación no va a ser además aprovechada por el Ayuntamiento, lamentan los ecologistas, para acercarse a modelos de recogida de residuos más avanzados como el que siguen ciudades, sobre todo del norte, como Vitoria, que, junto a los contenedores habituales de papel, vidrio, plásticos, ropa, pilas y aceite o los puntos limpios, cuentan con un contenedor específico para residuos orgánicos (restos de comida y de jardinería, papel de cocina, servilletas, filtros de café, corchos) y otro para otro tipo de productos no reciclables, (cristales, cazuelas, pinzas, bombillas, papel clasificado, colillas, pañales y compresas, perchas o juguetes). De esta forma, los primeros pueden destinarse a las denominadas plantas de compostaje, donde son tratados biológicamente para obtener un compost o abono orgánico. Una práctica que en el caso de la provincia de Cuenca sin embargo solo lleva a cabo con el material de deshecho procedente de la agricultura y la ganadería.
Estos contenedores más específicos, de color marrón, suelen ser de acceso restringido a los vecinos, que solo los pueden usar a través de una llave, una tarjeta o una clave. De esta forma, están sujetos a un mayor control que hace complicado que puedan colarse en ellos todo tipo de productos. Los contenedores verdes, en cambio, siempre han tenido un acceso muy sencillo, abierto a todo el mundo, que no parece que vaya a modificarse. Con el añadido de que a partir de ahora el interés de la empresa coincidirá con el de aquellos ciudadanos menos conscientes de la necesidad de reciclar por el bien del medio ambiente, de la economía y de la salud pública.
En Ecologistas en Acción se muestran así partidarios de instalar el contenedor marrón, aunque advierten de que en regiones como Navarra se ha demostrado que los que realmente resultan eficaces son los que llevan un sistema para compostar los residuos dentro del mismo recipiente, ya que, de lo contrario, “si no se recogen a menudo pueden generar problemas de malos olores por la fermentación orgánica”.
Consejos en el hogar
Para los ecologistas, la mejor solución pasa no obstante por generar el menor volumen posible de residuos en el hogar, para lo que abogan por, entre otras medidas, no adquirir comida envasada ni comprar agua embotellada. Incluso, se apunta a la posibilidad de que los ciudadanos adquieran una pequeña máquina para compostar la materia orgánica en su propia casa, gracias a lo cual luego la podrían aprovechar como abono para las plantas. Calculan que, si cada vecino genera una media de seis o siete kilos de basura a la semana, esta podría reducirse al kilo con una gestión adecuada.
Limpieza
Los grupos de la oposición advierten por otro lado de que el mismo sistema que se aplicará a la recogida de residuos sólidos urbanos servirá, también, para la limpieza viaria: la nueva empresa adjudicataria cobrará más cuanta más suciedad recoja cuando, entienden, debería combinar la tarea de limpieza pura y dura con campañas promocionales para evitar que la gente ensucie, que sabido es que “la suciedad llama a la suciedad”.
“El sistema de retribución debe ir ligado a la naturaleza del servicio y a sus objetivos: salubridad y buen aspecto general de la ciudad”, concluyen en IU, un partido que insiste en que la mejor solución sería remunicipalizar el servicio para que fuera el propio Ayuntamiento quien controlara las basuras y “asegurara su control”.