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El pleno rechaza los presupuestos y Cs se ofrece a negociarlos en un plazo de diez días

Aunque sin éxito, el concejal de Hacienda se comprometió el lunes con la formación naranja a una serie de propuestas relativas a su área y antes del pleno les hizo llegar “la información del origen de la deuda” 
Fotos: Saúl García
21/08/2018 - Gorka Díez

La previsión se ha cumplido y el equipo municipal no ha podido aprobar los presupuestos de 2018 debatidos este martes en un pleno extraordinario celebrado en el Ayuntamiento de Cuenca en plena Feria y Fiestas de San Julián al encontrarse con la oposición de los concejales del Grupo Municipal Socialista y de Izquierda Unida, que entre los dos han sumado once votos en contra, uno más que los diez a favor del Grupo Popular, y la abstención de los tres ediles de Ciudadanos.

Las malas relaciones que en el último año el equipo municipal mantiene con Ciudadanos, el grupo que en junio de 2015 propició la investidura de Ángel Mariscal como alcalde, han impedido que los presupuestos de este año se aprobaran como ocurriera con los de 2017.

Ciudadanos ha argumentado su abstención en el incumplimiento de parte de los acuerdos que ambas formaciones alcanzaron hace ahora tres años para garantizar la investidura de Mariscal, como la elaboración de una auditoría externa de la deuda o un plan integral de mantenimiento, y al considerar que el equipo municipal tampoco ha ejecutado las partidas pactadas e incluidas en los presupuestos de 2017, entre ellas el arreglo de los parques infantiles y gerontológicos o un sistema que controle el paso de vehículos por Carretería.

Acercamiento del PP a Cs

El equipo municipal ha intentado hasta el último momento que Ciudadanos cambiara su voto. En su última intervención, el concejal de Hacienda, José Ángel Gómez Buendía, pedía a la portavoz de la formación naranja, María Jesús Amores, que recapacitara, y el alcalde, Ángel Mariscal, hacía un llamamiento “a cada concejal con nombre y apellidos” para aprobar unos presupuestos “mejores que los que hay en vigor y que nos permitirán abordar en 2018 y 2019 problemas urgentes y necesarios”, añadiendo que “la gente se acordará de los que hemos votado hoy”.

Gómez Buendía revelaba además haber mantenido una reunión el día anterior con los ediles de Ciudadanos en la que se comprometió a asumir una serie de propuestas de su área de gobierno y haberles hecho llegar esta misma mañana “la información del origen de la deuda”, revelación esta última que no ha tardado en provocar la reacción de la portavoz del Grupo Municipal Socialista, María Jesús Gómez del Moral Martínez, que ha reclamado “que nos hagan llegar ese informe”, ante lo que el primer edil ha contestado con un “son cosas internas que no forman parte del Ayuntamiento”.

El pleno rechaza los presupuestos y Cs se ofrece a negociarlos en un plazo de diez días

Cs propone negociar

Y el caso es que, al inicio de su última intervención, la portavoz de Ciudadanos dio la impresión de poder aceptar un cambio en su posición al calificar los presupuestos de “obviamente mejorables pero válidos”, reconociendo partidas “importantes” en parques, servicios sociales, limpieza viaria, la Escuela Municipal de Música o el aumento salarial del 1,75 por ciento de los trabajadores municipales y su temor por “dejar a toda esta gente al descubierto”, además de añadir que “no tenemos motivos para rechazarlos solo porque sí”. Pero a su vez atacó la “incompetencia manifiesta y falta de palabra” del alcalde por el incumplimiento “sistemático” de sus acuerdos y optó por mantenerse en la abstención con el compromiso, no obstante, de que los presupuestos, “utilizables, se puedan aprobar y no mandarlos al cajón” siempre y cuando “en un plazo de diez días nos reunamos y se incluyan todas aquellas propuestas de Ciudadanos”.

Esta propuesta de reunión, aunque criticada por Gómez Buendía (“estamos perdiendo el tiempo”) fue aceptada al final del pleno por el alcalde, aunque causó el estupor en las filas de PSOE e IU, que se preguntaron por qué entonces Ciudadanos había rechazado, con anterioridad a la votación de los presupuestos, las enmiendas a la totalidad que habían presentado, individualmente, ambas formaciones, que entre otras cosas argumentaban que los presupuestos, además de no recoger las inversiones que necesita la ciudad, se presentaban fuera de tiempo, con nueve meses y medio de retraso con respeto a lo que establece la ley, además de en ferias, ante lo que los socialistas abogaban por centrarse en elaborar los de 2019.

Presupuesto fallido

El presupuesto presentado por el equipo municipal contemplaba unos gastos de 58,6 millones de euros y una previsión de ingresos de 59,4, de ahí que existiera un sobrante, que Gómez Buendía calificó de “superávit”, cercano a los 800.000 euros, en concreto de 778.000 euros.

Entre las inversiones previstas, el concejal de Hacienda destacó 360.000 euros para un nuevo plan de asfaltado, 750.000 para el alumbrado público, 280.000 para recuperar espacios verdes, 200.000 en reposición de mobiliario urbano, 425.000 para la urbanización del entorno del parking de Astrana Marín o 708.000 para el servicio de aguas, además de otra serie de partidas para obras cofinanciadas por la Diputación y para la rehabilitación de edificios. Las inversiones para la estrategia de desarrollo sostenible Dusi no alcanzaban no obstante los 500.000 euros cuando en su día se habló de presupuestar en torno a 2 millones de los 12 que se deben invertir de aquí a 2023.

Se contemplaba también una subida de los gastos de personal con el fin de permitir la subida salarial del 1,75 por ciento recogida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) o la incorporación de cinco nuevos policías, además de la adquisición de dos vehículos para la Policía Local, el arreglo del aula de formación del Parque de Bomberos o una subida del 9 por ciento en servicios sociales, mientras que bajaba en un 34 por ciento el dinero destinado a reducir los 62 millones de euros de deuda financiera, por lo que la cantidad destinada a este fin se quedaría en 6,2 millones de euros al entender que no es necesario anticipar nuevos préstamos al haberse situado la gran mayoría en prudencia financiera, con la mayoría a un interés máximo del 1 por ciento salvo dos que rondarían el 2,5 por ciento.

Se trataba, según el concejal de Hacienda, de un presupuesto “nivelado y realista”, además de ajustado al Plan de Ajuste y a las recomendaciones del Ministerio de Hacienda, que refleja “la realidad del municipio superado el desfase que tantos problemas nos ha generado” y con “capacidad para atender las necesidades de los vecinos”.

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Rechazo del PSOE

Para defender su rechazo, el Grupo Municipal Socialista criticó, entre otras cuestiones, que hubiera en torno a 778.000 euros de ingresos que no se prevean gastar dadas las necesidades que a su entender tiene la ciudad, o que el dinero destinado al fondo de contingencia, un total de 600.000 euros, sea superior en un 20 por ciento a lo exigido por la normativa cuando también podía destinarse a inversiones.

Entre otras cosas, los socialistas abogaron por incrementar la partida en materia de empleo -que se reduce de 40.000 a 20.000 con respecto al presupuesto de 2017- con el fin de combatir “la lacra del desempleo, con la que tenemos que luchar todos juntos”, recuperar “de forma inmediata” el transporte público suprimido, reponer los bancos y columpios de los parques en mal estado, revisar los accesos por la antigua carretera de Madrid y de Villar de Olalla, firmar un acuerdo con Diputación para que los bomberos municipales atiendan las localidades próximas o solucionar “los problemas de seguridad” en barrios como La Paz, Tiradores, Villa Román o Los Moralejos.

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Rechazo de IU

En Izquierda Unida, por su parte, Pablo García consideró que el presupuesto estaba “condenado al fracaso por su falta de negociación” y se preguntaba si acaso el Grupo Popular esperaba “una mayoría favorable por incomparecencia” al celebrarse el pleno en ferias.

Cuestionó, también, el aumento del 7,51 por ciento en el capítulo de Personal, lo que a su entender choca con “la regla de gasto” que exige el Ministerio de Hacienda al estar el Consistorio sujeto a un Plan de Ajuste, ante lo que propuso que se redujeran los sueldos de alcalde y liberados.

Asimismo, criticó que “se gastan más de diez millones de euros en servicios privatizados” y que en torno al 15 por ciento del presupuesto se destine a reducir deuda “sin exigir responsabilidad a quien la generó” mientras que “el bache sigue en la puerta, los chicles pegados al suelo y el bordillo de la acera, roto”.

La partida para terminar las obras de La Fuensanta también fue criticada por este grupo, que considera que en el estadio actual “se puede jugar” y solo hay un equipo que lo hace y cada quince días mientras que, a su entender, hay otros campos y pistas deportivas con más usuarios y más necesidades.

También, esta formación criticó que no se incluyera ninguna inversión para terminar la urbanización del Cerro de la Horca.