Hace ahora diez años la noticia de una socorrista de una urbanización de San Sebastián de los Reyes que mezcló varios compuestos químicos que no debía provocando una nube tóxica dio la vuelta al mundo. Su célebre “la he liado parda” ha pasado a la historia del anecdotario popular, pero también sirve para reflexionar sobre la importancia de controlar y cumplir ciertas normas a la hora de poner en marcha las piscinas y de que todo transcurra con normalidad en la temporada que acaba de iniciarse en muchos lugares de la capital y de la provincia.
Este verano es el primero que rige el Decreto de la Consejería de Sanidad por el que se establecen las condiciones higiénico-sanitarias de las piscinas en Castilla-La Mancha tras adaptarse a la normativa estatal. El aspecto más destacable es la responsabilidad que tiene el titular o gestor de la piscina en cuanto al control de la calidad del agua, estableciendo medidas preventivas y correctoras en su caso, a efectos de garantizar a los usuarios unas condiciones de baño saludables.
También se recoge que los menores de ocho años tendrán que estar bajo la vigilancia de un adulto y se prohíben los toboganes y atracciones flotantes. Desde la Dirección Provincial se ha enviado información a todos los ayuntamientos y propietarios de las piscinas censadas en el año 2017 explicándoles la nueva normativa y las distintas observaciones en materia de seguridad para garantizar un funcionamiento óptimo. Asimismo, se facilita a todos los interesados un modelo de plan de evacuación y emergencias en piscinas.
En la actualidad, existe un registro de piscinas de uso público que se actualiza cada temporada gracias a la colaboración de los consistorios, aunque hay algunos, como es el caso de la capital, que no tienen la obligación de informar sobre las aperturas. Teniendo en cuenta esta circunstancia, a fecha de hoy han comunicado la reapertura 121 piscinas.
INSPECCIONES
A lo largo de la temporada se sucederán las inspecciones por parte de los profesionales de Salud Pública que abarcan desde el 15 de junio al 15 de septiembre. El incumplimiento de los aspectos higiénico-sanitarios puede dar lugar a sanciones económicas o incluso llegar a la suspensión de la actividad. Las faltas más frecuentes suelen ser alteraciones en los valores paramétricos representativos de la calidad del agua del vaso.
Con todo a punto para refrescarnos, el usuario puede estar muy tranquilo si percibe unas condiciones higiénicas de las instalaciones en general; puede acceder a toda la información pública que el titular o gestor debe poner a nuestra disposición de forma accesible y actualizada; y si observa la presencia de socorrista, elementos de salvamento acuáticos, botiquín, y local de primeros auxilios.
Desde Sanidad aseguran que, en líneas generales, las piscinas conquenses de uso público cumplen.