La delegada de la Federación de Piragüismo de Castilla-La Mancha en Cuenca, Maite Espinilla, ha reprobado la actitud de un piragüista que se ha lanzado este sábado al río Júcar, a pesar de que lleva el mayor caudal de los últimos años, cuya piragüa ha sido vista volcada en sus aguas.
Pinilla ha apostado por retirar la licencia a este deportista si está federado, tras contemplar un vídeo difundido en las redes sociales en el que el piragüista intenta navegar por el río, en las inmediaciones del pabellón polideportivo El Sargal, cuyo acceso peatonal está cortado desde este viernes por el desbordamiento del Júcar.
En declaraciones a Efe, ha calificado de "salvajada" el hecho de que el piragüista haya intentado navegar por el Júcar, dado que "pone en peligro su vida y la de otras personas" y ha apuntado que podría ser un piragüista de aguas bravas, por el casco y por el modelo de embarcación, que ha volcado aguas abajo en el río.
Y ha insistido en que "sí está federado se le debería retirar la licencia, por la imprudencia", ya que se da la circunstancia de que el Club de Piragüismo 'Cuenca con Carácter', de aguas tranquilas, ha suspendido por precaución sus entrenamientos fin de semana, mientras observa la evolución del río por si tuviera que anular por seguridad la San Silvestre acuática prevista para el último día del año.
Ademas, los amigos del club están trasladando las piraguas de la nave, mientras evalúan los daños ocasionados por la crecida del Júcar, cuyo caudal a su paso por la capital supera ya los 250 metros cúbicos por segundo, el más alto de los últimos años, según ha indicado el Ayuntamiento.Así, según Espinilla, en los próximos días observarán la situación del río, dado que si el caudal sigue elevado tendrán que suspender la San Silvestre en piragüa, prevista para el 31 de diciembre.
Esta popular prueba se celebra en la ciudad de Cuenca el último día del año, y las inscripciones se agotan a las pocas horas.
Este año, un centenar de piragüistas se han inscrito para la participar en la prueba, que reúne a cientos de conquenses junto al puente de San Antón, para ver a los que se animan a navegar por las gélidas aguas del río, muchos de ellos disfrazados y con motivos navideños.